Hollywood

Ryan Murphy tiene una clara fascinación con la máquina de sueños hollywoodense del siglo XX, tan hábil para hacer estrellas y romperle el corazón a quienes no encajaban en el molde. Entre las víctimas: Anna May Wong y Hattie McDaniel, actrices talentosas de color consignadas a hacer papeles estereotípicos, y el ídolo romántico Rock Hudson, quien tuvo que quedarse en el clóset.

Sus historias son parte de Hollywood, una serie limitada de Murphy de siete episodios que se estrena el viernes en Netflix, pero el productor de American Horror Story, 9-1-1 y Pose se negó a dejarlo así. En su versión optimista de lo que pudo ser, una rígida industria se enfrenta a actores, guionistas y otros valientes que para ser parte de ella.

Lo divertido es que la historia real del Hollywood de las décadas de 1940 y 1950 se mezcla con la que ocurre en la ficción y a veces te preguntas qué es verdad y qué no. Esa era, precisamente, la intención de Ryan Murphy, guionista y productor de la serie. “Decidí crear un universo alternativo ficticio de Hollywood y luego lo poblé con algunas personas reales y otros personajes ficticios basados libremente en personas reales”, ha dicho Murphy a la revista Time. En la trama vemos, incluso, a una Vivien Leigh como personaje secundario algo histriónico, una actriz que también sufrió la crueldad de Hollywood.

La serie modera tragedias de la vida real, incluyendo la explotación sexual de hombres y mujeres, con su fantasía de un Hollywood más consciente a fines de la década de 1940. Un barniz profundamente nostálgico de sabiduría popular sobre Hollywood, con puntos de referencia de Los Ángeles como el centenario restaurante Musso & Frank Grill, demuestra el encanto del mito, incluso para realistas como Murphy.

Los personajes ficticios de Hollywood buscan un final más feliz. Entre ellos la esposa despreciada de un ejecutivo de estudio, interpretada por Patti LuPone; un guionista asiático-estadounidense (Darren Criss, quien también es productor de la serie); un guionista negro gay (Jeremy Pope) y una actriz negra con potencial de estrella (Laura Harrier). Los personajes ficticios se codean con figuras de la vida real como Hudson, Wong (Michelle Krusiec) y McDaniel (Julia Pace Mitchell). También actúan Jim Parsons, Dylan McDermott y David Corenswet.

Murphy aplica su conocimiento de lo que califica como una “historia enterrada”, incluyendo una muy concurrida gasolinera de Los Ángeles que contrataba a jóvenes guapos para dar servicio a los autos y también a algunos clientes deseosos. “La serie conllevó una investigación minuciosa para recrear sucesos reales además del vestuario y escenarios de la época”, indicó.

La discriminación racial

Estos personajes, interpretados por Michelle Krusiec y Queen Latifah, están basados en actrices reales. Incluso mantienen sus verdaderos nombres. Y ambas sufrieron en sus propias carnes el racismo de Hollywood.

Anna May Wong fue la primera estrella estadounidense de origen chino de Hollywood. Triunfó en la década de 1920 en producciones mudas, pero, debido a las leyes americanas que incluso prohibían mostrar relaciones interraciales en la pantalla, quedó relegada a papeles secundarios, de cortesanas o villanas. Mientras, los roles principales iban a parar actrices blancas maquilladas. Tuvo que aguantar, incluso, que la actriz Luise Rainer se hiciera con el Óscar por La buena tierra con un personaje asiático que la propia Wong había bordado durante las pruebas. Sin embargo, Metro-Goldwyn Mayer se había negado a dar el papel principal a una actriz asiática.

Hattie McDaniel es otro ejemplo histórico del racismo de Hollywood en aquella época. En 1940, se convirtió en la primera persona afroamericana que ganaba un Óscar, gracias al papel de Mammy, la maravillosa sirvienta de Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó. La ceremonia de entrega de la estatuilla fue humillante. Debido a las leyes de segregación racial, McDaniel tuvo que sentarse con su acompañante en una mesa aparte al final de la sala. Esta anécdota la cuenta el personaje de Queen Latifah en la serie. McDaniel participó en más de 70 películas, pero en casi todas encarnó a sirvientas, cocineras o doncellas. Los únicos papeles permitidos a los afroamericanos.

Ryan Murphy también ha asegurado que el personaje de Camille Washington (Laura Harrier), la actriz afroamericana que se convierte en la gran estrella de la película que están rodando los personajes de Hollywood, está inspirado lejanamente en Lena Horne y Dorothy Dandridge. Ambas actrices, bellísimas y llenas de talento, se encontraron con muchísimas trabas en su carrera debido a su color de piel.

La homofobia

Nacido como Roy Harold Scherer, Jr., el atractivo actor Rock Hudson participó en más de 60 películas con el nombre artístico de Rock Hudson. El intérprete es una de las grandes estrellas del Hollywood dorado, pero también uno de los casos más dramáticos de homofobia que ha dado la meca del cine. En sus películas tuvo partenaires femeninas como Doris Day, Elisabeth Taylor o Lauren Bacall, pero tras esa fachada de galán se escondía un hombre gay que construyó una vida llena de mentiras. Durante buena parte del siglo XX, la homosexualidad era un tabú en Hollywood —y en la vida en general— y Hudson se creó una coraza para proteger su vida privada. Incluso se casó con su secretaria en 1955 para acallar los rumores sobre su orientación sexual. Pero el matrimonio era una farsa y se divorciaron en 1959. Eso sí, todo con la máxima discreción.

En 1985, poco después de terminar su etapa en la serie Dinastía, Hudson fue la primera celebridad que contó al mundo que se había visto obligado durante toda su carrera a vivir una mentira y que estaba enfermo de sida. También padecía un cáncer de hígado incurable. Murió ese mismo año.

Otro de los personajes que está basado en uno real es el de Henry Willson, el agente de Rock Hudson, interpretado por el actor Jim Parsons. Y en Hollywood no queda muy bien parado. Willson es un hombre retorcido y un gay en el armario que presiona a Hudson para que no haga pública su relación con el guionista Archie Coleman (Jeremy Pope), mientras en su vida privada él mismo es un depredador sexual, asiduo a fiestas donde el sexo y las drogas campan a sus anchas.

El Willson real fue una especie de Harvey Weinstein de la época. Según la serie, fue un talentoso agente capaz de lanzar al estrellato a jóvenes actores que llegaban hasta él en busca de fama. De sus manos salieron, no solo el propio Rock Hudson, sino también Robert Wagner o Rory Calhoun. Y fue el descubridor de Lana Turner. Pero, consciente de su poder, lo utilizaba para pedir favores sexuales a los atractivos e ingenuos jóvenes ávidos de gloria que representaba a cambio de lanzarlos al estrellato.

Ryan Murphy ha creado una historia mucho más optimista que la que ocurrió en realidad para el personaje de Rock Hudson, interpretado por Jake Picking. El actor no solo no oculta su homosexualidad, sino que la exhibe y la vive libremente con su pareja. Al final, Hudson le da toda una lección de dignidad a Henry Willson en una dura escena que, dicen los productores, se rodó en una sola toma. Pero para saber qué ocurrió, tendrás que ver Hollywood.