Intocable sigue entre los favoritos

El éxito del regional mexicano sigue dando muestras de que su fuerza no está solo en los nuevos artistas y géneros, también persiste en quienes allanaron el camino; grupos que años antes del crecimiento del regional mexicano a nivel internacional ya se habían logrado ganar un lugar en el gusto del público, siendo Intocable uno de ellos.

Para refrendarlo, la agrupación convocó a sus seguidores a volver a reunirse en un concierto en la Plaza de Toros México, que tiene capacidad máxima para 50 mil personas. Su público que es leal desde éxitos no enteros como “¿Y todo para qué?”, se dieron cita y no lo hicieron solos; familias completas, desde abuelos, madres, jóvenes y hasta niños disfrutaron la presentación, que tuvo un escenario en formato palenque para poder ser rodeado por todo el público de la plaza.

La audiencia lució sombreros, botas, cinturones con grandes hebillas, chamarras de piel, tejanas y todo tipo de accesorios para disfrutar de la banda originaria de Texas.

En el escenario, el grupo hizo lo propio, con camisas y sombreros tejanos, salieron a uno de los recintos donde han pasado pioneros de la música mexicana como Vicente Fernández, Juan Gabriel, y hasta José Alfredo Jiménez.

Vestidos de negro, comenzaron su repertorio, no sin antes animar al público a levantarse de su asiento, para disfrutar bailando pese al poco espacio entre una fila y la siguiente, y además seguir bebiendo. “Obsesión”, arrancó con los sentimientos en un público que ante la espera ya tenía algunas copas encima, pero fue hasta la segunda canción, que el sentimiento se hizo sentir desde las gargantas de los asistentes con “Eres mi droga”. “Culpable fui” y “Enséñame a olvidarte” fueron los temas que tampoco faltaron en el repertorio de 32 canciones de la agrupación, mientras en la grada los más jóvenes bromeaban con llamar al ex.

Así, durante más de dos horas de concierto el público se llenó de música, amor, nostalgia, otros con dolor, e intentaron olvidar su realidad entre cervezas y otros tragos que podían consumirse en la plaza.