En la frontera entre México y Estados Unidos, Manuel, un adolescente de 16 años, intentó cruzar con dos botellas de un líquido que, aseguró que era jugo de manzana. Uno de los agentes, sospechando que ocultaba algo, lo desafió a beber el contenido para demostrar su inocencia.
Esta historia inspiró a George Nicholas a crear Límite, un cortometraje que explora los riesgos y presiones que enfrentan los jóvenes en su búsqueda de una vida mejor. Nicholas, quien llegó a Estados Unidos a los 12 años y conoce de cerca el entorno fronterizo, dirige este cortometraje que, reconoce, lo hizo sentir profundamente identificado con el joven.
Criado en un entorno marcado por la pobreza y la corrupción, conocía de primera mano los desafíos a los que se enfrentan los adolescentes en circunstancias adversas. “Espero que la gente se dé cuenta de que lo que le sucedió a él le puede suceder a cualquier adolescente. Y espero que vean estas historias, que ocurren con demasiada frecuencia, desde una perspectiva diferente. Realmente, el mensaje de la película es que estos chicos son víctimas, no criminales”, explica el cineasta.
La historia sigue a Manuel, cuyo deseo de demostrar su independencia y enfrentarse a los “chicos malos” del vecindario lo pone en el camino de una red de tráfico de drogas de un cártel. Con apenas 16 años, queda atrapado en una peligrosa operación de contrabando.
George Nicholas encontró inspiración en el caso real de Cruz Velázquez Acevedo, un adolescente mexicano que murió bajo custodia estadounidense, luego de que agentes aduanales lo obligaran a beber la metanfetamina líquida que llevaba consigo cuando lo detuvieron. “Creo que los agentes fronterizos, especialmente los de Estados Unidos, necesitan más capacitación. Deben estar mejor preparados para identificar a personas bajo presión o coaccionadas de alguna manera”, dijo. “Tenemos fronteras, y necesitamos gestionarlas con responsabilidad”, dice Nicholas.
La película, según el director, no se limita a narrar una historia de supervivencia; también pretende cuestionar el impacto de las políticas migratorias y el papel de las autoridades en este entorno. “Es un tema complejo. Hace 100 años ni siquiera existía una frontera”.
Para darle vida a esta historia, que dura 38 minutos, Nicholas decidió rodar en Tijuana y contó con un equipo y actores locales. Ya está disponible en la plataforma MUBI.