Este viernes 30 de abril y el sábado 1 de mayo continuarán las funciones de Manual para bañar al gato, de Laura Jiménez Abud, en el espacio Telar Teatro.
Bajo la dirección de Lennin D’Zunún, la puesta en escena cuenta con la actuaciones de Carlos Ariosto como Gorka, Enrique Heram como Thomas y Hugo Saldaña en los papales de Gustavo y Mauro. Los interesados en acudir pueden reservar sus lugares comunicándose a los teléfonos 9611697083 y 9613441128, o adquirir sus boletos en el Café Urbano, ubicado en la 2ª Norte Oriente 447, en esta ciudad.
En entrevista con Carlos Ariosto, habló acerca del proceso de creación y de cómo se siente al volver a presentarse con público en la sala, después de una larga pausa por la pandemia.
Después de haber tenido las primeras representaciones de Manual para bañar al gato, ¿cuáles son sus expectativas?
Nuestras expectativas están en torno a compartir y presentar la mayor cantidad de veces la obra. Fue un proceso de mucho aprendizaje y de ensayos, por lo que queremos llegar al mayor número posible de espectadores.
¿De qué se trata esta pieza escrita por Laura Jiménez Abud y dirigida por Lenin D’Zunún?
Trata sobre la oportunidad de darse otro respiro. Una reflexión que nos deja la pandemia y que gira en torno a una relación de pareja donde uno es pragmático y otro es idealista y romántico.
¿Cuál es el objetivo de presentar esta obra?
El objetivo es reactivar los foros y el quehacer teatral en el estado. En cuanto a la creación artística, queremos compartir y reflexionar sobre nuestro quehacer como artistas.
Con la situación derivada de la pandemia, ¿cómo han notado al público?, ¿se ha incrementado el gusto por ver teatro?
Aún lo sentimos con sus reticencias, y se entiende por nuestro contexto de pandemia. Nuestro objetivo también es la reactivación de los foros e invitar a que acudan a ellos. Aún no llegamos a los números de espectadores que antes teníamos pero esperemos que gradualmente se consiga.
Como actor, ¿cómo te sientes de volver a presentarte frente al público?
Definitivamente es otra la sensación; la experiencia y la alegría por regresar al escenario. La virtualidad no permite ese diálogo directo con el otro como sí lo permite la experiencia presencial, y regresar a ello es fabuloso.
¿Te sientes identificado con el papel que te tocó interpretar en la obra?
No; es un papel muy diferente a mí. Coincidimos en que somos directores de teatro, pero en la forma de ver al mundo somos completamente diferentes.