María Novaro, directora saliente del Instituto Mexicano de Cinematografía, reconoce quedarse con la espinita clavada de que las películas nacionales pudieron llegar mejor al público, pero también considera que deja la mesa puesta para que, quien ocupe el cargo en el siguiente sexenio, pueda pedir más recursos federales para ocuparlos en la producción.

Sabe que no se logró que hubiese una nueva Ley Federal de Cinematografía, consensuada por la comunidad fílmica durante meses de trabajo, pero está feliz de haber impulsado el ECAMC, un estímulo para comunidades indígenas y afrodescendientes, al que llama la cereza del pastel, por dar salida a proyectos de pueblos originarios.

Novaro habla de los puntos neurálgicos que marcaron a su administración. Integrantes de la comunidad, básicamente, se han mostrado preocupados por la falta de aumento de recursos acorde a la inflación, el problema de la exhibición en cines de filmes nacionales y las cuestiones legales.

Apoyos

Novaro menciona más de mil 70 producciones hechas durante el periodo 2019-2023, de las cuales cerca de la mitad tuvieron algún apoyo federal. La cifra es la más baja en comparación con los sexenios que le precedieron (74.5% y 61%, respectivamente), pero no lo considera algo negativo. “Es sano que baje y que cada vez se logre hacer más cine sin apoyo público, aunque con la pandemia se requirió de mucho apoyo que nunca se interrumpió”, subraya.

Recuerda lo turbulento que fue la desaparición del Foprocine y Fidecine en 2020, figuras que por más de dos décadas respaldaron la producción de aproximadamente 400 títulos como No se aceptan devoluciones, Una película de huevos y El violín.

En meses se debió elaborar el Focine que desde 2021 y hasta la primera mitad del año ha dado dinero a más de 100 largometrajes, según cifras oficiales contrastadas con una investigación siendo El eco, de Tatiana Huezo, ganador en Berlín y el Ariel, uno de los primeros proyectos respaldados.

Pero, a diferencia del Fidecine, el Focine no está en el papel. Adelanta que en la iniciativa de ley ya viene mencionado, solo falta esperar que llegue al Congreso de la Unión para su consolidación. “Hay voces que dicen que pueden existir el Focine y Fidecine, pero la administración pública no permite eso, no puede haber dos mecanismos que den para lo mismo”, responde a cuestionamientos surgidos de miembros de la comunidad fílmica.

La también realizadora de Danzón y Las buenas hierbas niega que el Focine tenga menos recursos que sus antecesores en conjunto. Recuerda que durante los primeros años se tuvieron 100 millones de pesos, cifra similar al pasado.