En el Museo Louvre Abu Dhabi se presenta la “fraternidad” que hubo entre los artistas del posimpresionismo en la exposición Posimpresionismo: más allá de las apariencias. En colaboración con el Museo de Orsay y otros recintos franceses, el museo árabe exhibe 100 pinturas de Vincent van Gogh, Paul Gauguin, Henri de Toulouse-Lautrec, Georges Seurat, Paul Cézanne, Odilon Redon, Félix Vallotton, Pierre Bonnard, Paul Sérusier, Émile Bernard, Henri-Edmond Cross, Lucie Costurier, Henri Matisse, Giovanni Giacometti, entre otros.
A partir de un centro circular, con una pantalla táctil que proporciona información sobre los artistas y sus obras, se despliegan nueve secciones que abordan ya sea a un artista individual o por grupos. Con esta museografía, el recinto plantea que si bien no formaron un grupo de forma oficial, sí “constituyeron una constelación heterogénea para la cual la historia del arte dio el término posimpresionismo” y que reinventaron la pintura, como contrarrespuesta al Impresionismo, al ir “más allá de las apariencias” y pintar sobre “lo inmutable, lo universal, como una forma de traducción del poder fundamental de la naturaleza”, se lee en un texto de sala.
Prestamos
La exposición cuenta con préstamos que rara vez se repiten, como L’araignée, el dibujo más famoso de Odilon Redon; Arearea, uno de los conocidos paisajes de Gauguin, o Portrait de Madame Cézanne, de Cézanne. Aunque las joyas son las de Van Gogh. La chambre de Van Gogh a Arles, el icónico cuadro de 1889 que pintó sobre su habitación para hacerle saber a su familia cómo lucía su casa. Al querer comunicar la idea de descanso y relajación, el artista eligió los tonos lilas y azulados de las paredes y pintó arte inspirado por el estilo japonés como parte de la decoración. Al lado está La sieste, una pintura bucólica para la que Van Gogh se inspiró en la obra de Jean-François Millet.
El público se arremolina frente a estas dos pinturas y desafía a los guardias de seguridad para tener una foto lo más cercana posible al cuadro, pero llama la atención que para la exposición no está llena.
De acuerdo con los curadores, Jean-Rémi Touzet (del Museo d’Orsay) y Jérôme Farigoule (del Louvre Abu Dhabi), esta generación de artistas de las últimas dos décadas del siglo XIX inventaron una nueva forma de pintar.
Es en este último elemento, el de la técnica, en el que se basa principalmente el recorrido de la muestra. Por ejemplo, inicia con una sección dedicada al puntillismo, y sus derivados, de Seurat; sigue con las pinceladas planas y los colores saturados de Gauguin; el impasto de van Gogh o las pinceladas ensombrecidas de Cézanne.
Complemento
Para complementar este análisis, la curaduría incluyó las paletas de pintura originales de algunos de los artistas, invitando al público a conocer este aspecto más íntimo detrás de los grandes nombres, así como a hacer uso de la imaginación al pedir pensar en los movimientos que hacían los pintores al ejecutar sus obras maestras.
Son las paletas de Toulouse Lautrec, Pierre Bonnard, Van Gogh, Gauguin, Cézanne y Seurat que están en las vitrinas.