Este viernes continuarán las funciones de la propuesta escénica Ziggurat: Réquiem por la pesadilla de la compañía Evelyn Z. B./Pitouch, proveniente de Estrasburgo, Francia en el espacio La Puerta Abierta.
Mediante un comunicado, Saúl Gohé, integrante del grupo Confines Teatro, explicó que la puesta en escena nace de la necesidad de protestar contra las diversas formas de imperialismo, el cual se plantea como dos entidades: los individuos y la sociedad, en las que uno sufre al otro, y si no lo sufre, lo destruye.
“El diálogo, la escucha y la diversidad son palabras tabúes para los imperialistas. La diversidad se ve como una amenaza, no como una oportunidad, e introduce patrones de reglas como algo fundamental para el ser humano”, detalla.
En ese caso, “la propuesta escénica que se presentará este viernes y el sábado, en punto de las 20:00 horas, pone en duda la idea de progreso para que la humanidad avance necesariamente de la mejor manera posible; cuestiona lo que nos cuentan, quiénes nos lo cuentan y por qué nos lo cuentan con una sonrisa”.
Expone que sobre ese concepto construyen lo físico, lo emocional y lo mental. Asimismo, detalla que Ziggurat: Réquiem por la pesadilla, es un espectáculo dirigido a un público mayor de 18 años.
La compañía
La compañía Evelyn Z. B./Pitouch fue creada por iniciativa de Evelyn Z. Biecher, actriz, dramaturga y directora de teatro. Pitouch es liberación, locura, amor, adaptación, ritmo, evolución y transgresión. El lenguaje de Pitouch se caracteriza por el predominio de la dramaturgia rítmica sobre la narrativa, y el uso del lenguaje escénico multidisciplinar, “arte expandido” que vincula el cuerpo y la tecnología.
El “toque Pitouch” es lo que identifican sus creaciones, caracterizadas por su fuerza radical e incluso provocadora. Desafiando las reglas del teatro convencional, crea sus obras con absoluta libertad y propicia la convivencia de todas las artes: teatro, artes vivas, artes visuales, medios audiovisuales y muchas otras disciplinas.
Los espectáculos suelen instalarse en lugares convencionales o no convencionales, teniendo en cuenta la especificidad del espacio y sus características particulares, para convertir el escenario en el sitio ideal donde el público es parte activa de las representaciones, integrándose como punto central a modo de coro griego.