El auditorio del Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines será el sitio donde se presentará el documental Un lugar llamado música, del director Enrique M. Rizo, el próximo 16 de febrero a las 18:00 horas. La cinta de 87 minutos de duración fue estrenada en el año 2022 y proyectada en distintos espacios culturales de México.
Añaden que esta producción habla sobre el encuentro musical entre Daniel Medina, violinista wixárika proveniente de la comunidad de Santa Catarina, y el reconocido compositor estadounidense Philip Glass.
El material contiene música de ensayos y presentaciones que ocurren en destacados recintos de México y Nueva York. Dicha música se utiliza en ceremonias tradicionales wixárikas, pero esta vez con una adicción sin precedente que incluye un piano de cola. “A pesar de no hablar el mismo idioma, Daniel y Philip son capaces de convertir la música en el refugio en donde sus espíritus pueden encontrarse y entenderse”, expresan los organizadores de este evento.
Añaden que el documental cuenta con la colaboración de personalidades como Paul Simon, Linda Ronstadt, Yo-Yo Ma, Doris Lessing, Robert Wilson y otros talentos de talla mundial. La cinta es producida por Cathia Cuevas, Marion d’Ornano, Enrique M. Rizo y Leonardo Heiblum.
La producción empezó a gestarse en el 2018, en el marco de una gira de celebración por los 80 años de Glass, cuando ofreció algunos conciertos en compañía de músicos wixárikas del pueblo jalisciense de Santa Catarina Cuexcomatitlán. “Con un enfoque que va más allá de lo anecdótico, este documental desarrolla la relación del compositor con músicos wixárikas como Daniel Medina y Erasmo Medina, en una historia que demuestra que a pesar de enormes diferencias lingüísticas y culturales, la música sirve como un puente”, refieren.
Enrique M. Rizo, el director de Un lugar llamado música, es un cineasta nacido en la Ciudad de México, con un ávido interés por contar historias de calidez humana. Después de pasar casi una década trabajando con algunos de los mejores cineastas mexicanos en documental y ficción, Enrique aprovechó la súbita oportunidad de dirigir su ópera prima al encontrar una historia en medio de los preparativos de un concierto.