Reinstalan 3 placas prehispánicas
“Siempre quise estudiar arqueología y eso solo era posible en la Ciudad de México”, dice Raúl Barrera Rodríguez. Cortesía

El INAH reinstaló dos placas, y colocó una más, en el Zócalo de la CDMX, en los sitios exactos donde fueron hallados tres de los monolitos más representativos de la historia mexicana: la Coatlicue y la Piedra del Sol, en 1790, y la Piedra de Tizoc, en 1791.

El titular del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH, Raúl Barrera, explicó en un boletín informativo que las placas de la Coatlicue y de la Piedra del Sol (comúnmente llamada Calendario Azteca) fueron creadas en 1990, por iniciativa del arqueólogo, Eduardo Matos Moctezuma, con el fin de celebrar el bicentenario de la arqueología mexicana.

“En su época, estas esculturas fueron analizadas por grandes sabios, como Antonio León y Gama o Guillermo Dupaix, por lo que se consideran como el germen de la arqueología en el territorio mexicano”, expresó Barrera.

Para el investigador, quien, junto con Vania Itzel Aguilar Delgado, estuvo a cargo del rescate arqueológico emprendido por el PAU y la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH en el proyecto Camina tu Zócalo, en 2024, el que solo un año después de los hallazgos de la Coatlicue y la Piedra del Sol surgiera la Piedra de Tizoc generalizó el interés de la población novohispana por conocer su pasado.

“Tras la caída de Tenochtitlán y, al menos, durante dos siglos, el gobierno virreinal intentó ocultar el mundo prehispánico; no obstante, a finales del siglo XVIII la circunstancia era otra, y estos descubrimientos fortalecieron el espíritu criollo que, eventualmente, daría pie al movimiento de Independencia, en 1810”, destaca.

Finalmente, la nueva placa, la de Tizoc, es visible en el costado noroeste del Zócalo, cerca de la calle Madero, y constituye una novedad en la señalética de la plaza. Con la frase “Las conquistas del Huei Tlatoani”, brinda un acercamiento al referido monolito, de 9.5 toneladas, el cual, de acuerdo con el planteamiento del historiador Alfredo López Austin y el arqueólogo Leonardo López Luján, habría sido creado entre 1481 y 1486, para sintetizar y difundir tanto los triunfos militares de Tizoc, soberano de los mexicas en dicho periodo, como conquistas previas de la Triple Alianza (formada por Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan).

El formato de las placas fue elaborado por el diseñador gráfico del Museo del Templo Mayor, Jonathan Tonatiuh Silva, y para su ubicación en campo se contó con el apoyo del topógrafo del PAU Alfredo Reyes Castro.