Sergio Magaña, pilar de la dramaturgia del siglo XX
Recibió importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón por su trayectoria.

Ganador del Premio de la Agrupación de Periodistas Teatrales (APT) al mejor autor 1989 por Los enemigos nació en el poblado michoacano de Tepalcatepec, Michoacán, el 24 de septiembre de 1924, de acuerdo con el sitio oficial de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Alumno de Rodolfo Usigli, de quien se distanció en su etapa como estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Magaña cursó la maestría en letras inglesas, posteriormente fue profesor en la Escuela de Arte Dramático del INBA y director de la Escuela de Bellas Artes en Oaxaca, detalla el sitio.

En 1949 el crítico literario fundó junto con sus contemporáneos, Emilio Carballido, Jaime Sabines, Luisa Josefina Hernández, Rosario Castellanos y Bonifaz Nuño, la sociedad literaria Atenea, que tiempo después cambió su nombre a Grupo Teatral de Filosofía y Letras.

Tras montar y actuar su primera puesta Como las estrellas y todas las cosas, publicada en una revista estudiantil, escribió obras como La noche transfigurada (1947); La triple porfía (en colaboración con Emilio Carballido, 1948); Los signos del Zodiaco (1951); El reloj y la cuna (1952); entre otras, mencionan datos disponibles en el portal www.escritores.cinemexicano.unam.mx.

En el Diccionario bibliográfico de escritores de México, 1920-1970, de Josefina Lara, señala que en 1988 Sergio Magaña recibió importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón por su trayectoria como dramaturgo.

También fue homenajeado por su contribución al teatro en la Décima Muestra Nacional de Teatro en Nuevo León, así como por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con el director teatral José Solé, Sergio Magaña fue alguien único, “un ser excepcional, dramaturgo prolífico, excelente ser humano, simpatiquísimo. Es sin duda un importante pilar en la dramaturgia mexicana”.

Tras su muerte se le otorgó su nombre a uno de los espacios teatrales más representativos de la Ciudad de México.