Un Toledo que saca chispas
Una galería exhibe 129 obras del juchiteco, la mayoría poco conocidas por ser de coleccionistas extranjeros. Cortesía

“Ver la obra de Francisco Toledo (1940-2019) me hacía chispas, me prendía la mecha, sentía que iba con mi ser”, confiesa el coleccionista y galerista mexicano Pablo Goebel, quien a los 19 años compró la primera obra gráfica del artista juchiteco que integra un acervo que venera.

“Siempre he seguido la obra de Toledo. A un coleccionista se le puede recomendar qué comprar, qué autores, qué obras. Pero, sobre todo, cuando ve algo que le gusta se le tiene que prender la mecha, como la de un coche o una máquina. Dices “¡Ésta!”,

“En mi andar por la vida, mientras viajaba por el mundo inventando mi carrera de merchant, de dealer, ver una obra de Toledo, tanto en colecciones nacionales como internacionales, en ferias de arte, museos y estudios, me prendía esa chispa y lo registro”, afirma en entrevista con Excélsior.

Con este “amor y admiración especial” que siente por el trabajo de “uno de los genios creativos del siglo XX”, quien fundó en 2001 la galería Pablo Goebel Fine Arts, ubicada en Polanco, empezó a idear hace cinco años la exposición Toledo. Fábulas, mitos y magia, que se exhibirá hasta el 23 de febrero de 2025.Con museografía de Patricia Álvarez, la muestra, “una de las más grandes presentadas en una galería”, tiene consignadas 198 obras, que aparecerán en el catálogo; pero, por el espacio, ofrece 129 en exhibición, cinco de la colección de Goebel. “Estamos compartiendo una idea que desarrollamos poco a poco antes y durante la pandemia. Fuimos atando cabos, platicando el proyecto con coleccionistas y galeristas de Nueva York, Londres, París y México. Cuajando la idea, ganando su confianza para que nos prestaran sus obras, hasta que dijimos va”, recuerda el gestor cultural.

“Lo novedoso, nuestra aportación, es que las tres cuartas partes de la exposición son piezas de unos 30 coleccionistas, la mayoría extranjeros. Obras que no se habían visto antes, pues salieron del país, y que no se volverán a ver, ya que las regresaremos; por lo que es una gran oportunidad para los espectadores mexicanos”, agrega.

Detalla que en la muestra está representada toda la exploración que Toledo realizó tanto en técnicas como en temáticas durante sus cinco décadas de creación; la obra más antigua es de 1961, y las más recientes son de 2019.