Con sus trajes gris claro, mochilas de protones y un logo en el pecho que muestra un fantasma rojo sobre un fondo blanco, simbolizando su misión, los Cazafantasmas (que pasan de ser unos científicos “locos” a celebridades locales luego de salvar a la ciudad de Nueva York de Stay Puft Marshmallow Man) emprenden su terrorífica cacería en la que ahora, 40 años después, los acompaña el público de sus filmes.
Aventurarse con estos héroes de la cultura popular en busca de fantasmas es tan solo una parte del famoso recorrido que eleva la adrenalina desata gritos y pone los pelos de punta hasta al más escéptico en esta temporada de Halloween Horror Nights en los Universal Studios de esta ciudad.
Los visitantes son recibidos con un clima nevado que contrasta con el habitual calor de Florida. La nieve cubre las calles de una Nueva York atrapada en el hielo eterno, donde Garraka, un espectro de dos metros aparece inesperadamente junto a un cartel que irónicamente advierte: “No se permiten fantasmas”.
A lo largo del recorrido, que incluye aterradoras experiencias con personajes de famosas películas, como Ghostbuster, A quiet plance e Insidious, los asistentes se encuentran con el equipo original de los Cazafantasmas, armado con sus Proton Packs, mientras disparan rayos de partículas para contener a los espectros. Pero la nostalgia llega cuando aparecen personajes icónicos de la saga: desde el travieso Slimer hasta los Terror Dogs y el Fantasma de la Biblioteca, cada rincón está lleno de momentos que rinden homenaje a los nuevos y viejos cazafantasmas.
La siguiente parada cambia drásticamente con la casa inspirada en A quiet place (2018). Protagonizada por la actriz Emily Blunt, la película sigue a la familia Abbott que trata de sobrevivir en un mundo postapocalíptico, donde criaturas ciegas pero muy sensibles al sonido amenazan la existencia de la humanidad.
En este silencioso y aterrador mundo con muy poca iluminación, solo se ve una granja abandonada y estructuras en ruinas.