Las claves de la nueva estrategia de seguridad
Esta semana, durante la conferencia matutina de la presidenta Sheinbaum, se presentaron los ejes que guiarán la estrategia de seguridad de su gobierno.
La propuesta incluye atención a las causas, el fortalecimiento de la Guardia Nacional, el impulso a la inteligencia y la investigación, y la consolidación de un gabinete de seguridad en coordinación con los gobiernos estatales y municipales.
Para diferenciarse de estrategias pasadas, que también prometían coordinación, fortalecimiento de policías locales y la atención a las causas, habrá que poner atención en los “cómos”: es decir, en la regionalización, la focalización, la voluntad política, los recursos y el seguimiento que se dé para lograr resultados tangibles.
El eje diferenciador de la estrategia propuesta, radica en el fortalecimiento de las capacidades de inteligencia e investigación para combatir la delincuencia organizada.
Plantea la creación de un Sistema Nacional de Inteligencia que integre y coordine los esfuerzos de todas las instituciones de seguridad, utilizando la información recolectada para diseñar y ejecutar estrategias específicas.
A diferencia de intentos previos, como la Plataforma México o el propio CNI, este sistema tendría mayor relevancia, pues unificaría y potenciaría las áreas relacionadas bajo una subsecretaría especializada.
Al respecto, será fundamental la cooperación con Estados Unidos, por ello resulta positivo que la mandataria haya señalado la seguridad como un eje prioritario en la relación bilateral.
Es indispensable, asimismo, considerar un sistema de inteligencia financiera que ataque las estructuras económicas de la delincuencia y un sistema de inteligencia social que permita identificar riesgos, comprender dinámicas y redes de influencia a nivel territorial para evaluar la gobernabilidad, especialmente en localidades con menos de 100 mil habitantes, las cuales suelen quedar fuera del radar en el análisis de datos delictivos.
Otro punto interesante dentro de la estrategia propuesta es el fortalecimiento del Secretariado Ejecutivo Nacional, piedra angular en la coordinación con las entidades, cuyo enfoque técnico se vio debilitado en los últimos años por encontrarse bajo el mando de perfiles políticos.
Recuperar su vocación técnica, establecer incentivos adecuados, catálogos de calidad mínima y precios máximos, así como optimizar la distribución de recursos a estados y municipios, puede ser de gran ayuda para el fortalecimiento de las policías locales.
Abordar las causas de la violencia mediante la prevención social y la transformación de entornos con altos factores de riesgo es esencial. Sin embargo, es importante no repetir las estrategias genéricas y discursivas del expresidente López Obrador.
También es necesario fortalecer la Guardia Nacional, reconociendo que debe adquirir capacidades específicas de las que carece, y que no basta con su presencia y despliegue para disuadir el crimen.
Resulta alentador que, tras el anuncio de la nueva estrategia de seguridad, el secretario García Harfuch, acompañado por el general Ricardo Trevilla, titular de la Sedena, iniciara una serie de visitas oficiales a los estados, comenzando con un recorrido en las calles de Culiacán.
Finalmente, un paso importante es evitar la politización de la seguridad. El perfil civil del secretario Harfuch y los resultados que consiguió en la CDMX, junto con parte del equipo nombrado hasta ahora, generan expectativas positivas.
Es crucial reconocer que el crimen ha consolidado su control sobre ciertos territorios, ejerciendo influencia sobre funcionarios y manejando recursos públicos a su antojo.
A esto se suman la expansión de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación que ha incrementado su poder en los últimos años, y la evolución de delitos como la extorsión y el robo en carreteras, que han adoptado nuevas modalidades y alcances.