Vergonzoso, insistir con Rosario Piedra

Ineficacia y marrullerías

Trump: piezas belicosas

Cynthia: chapulinazo premiado

A la hora de cerrar esta columna aún no se resolvía el vergonzoso embrollo armado por Morena y sus aliados para decidir el futuro de Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en específico, la continuidad o no de Rosario Piedra como su presidenta.

El tema de los derechos humanos debería tener particular lustre en un gobierno de centroizquierda o de orientación popular, pero en el segundo piso de la Cuarta Transformación se prefirió recurrir a marrullerías evidentes para instalar a Rosario Piedra como una especie de candidata oficial a una continuidad indefendible por cuanto la mencionada activista realizó en la CNDH una deplorable gestión, llena de aberraciones jurídicas y sometida a lineamientos gubernamentales.

Sin embargo, facciones de la llamada 4T se enzarzaron en un duelo de poderes que solo ha exhibido la pobreza de miras que genera la excesiva concentración de facultades decisorias: de un lado, la pretensión de continuidad de la original decisión obradorista de colocar en la CNDH a una persona en razón de su apellido; por otro, las maniobras del cada vez más empoderado Adán Augusto López Hernández, con su carta propia, y, también, la corriente claudista que buscó instalar en la mencionada comisión nacional a una persona que se encargó de tarea similar en la Ciudad de México.

Donald Trump se ha esmerado en colocar piezas belicosas en cargos relacionados con temas delicados de su relación con México. Destaca, por su predisposición al choque, a las medidas más que rudas, Thomas Douglas Homan, conocido como Tom Homan, a quien el presidente electo de Estados Unidos ha designado para que sea el “zar de la frontera”.

Con este nombramiento, Trump fortalece el mensaje contra migrantes sin estancia legal en el país. Homan ha advertido: “Tienen mi palabra. Si Trump vuelve en enero, les pisaré los talones y llevaré a cabo la mayor operación de deportación jamás vista en este país”. El “zar” aún tendrá qué valorar la disponibilidad de recursos financieros para su escalada y es posible que, aparte de algunas acciones efectistas, concentre esfuerzos iniciales en cooperar en golpes contra grupos criminales y sus jefes, en otra de las zonas de combate del trumpismo.

Mike Waltz es otra propuesta indicativa del plan de guerra del presidente electo: fue boina verde y, como legislador republicano impulsó, junto a Dan Crenshaw, una iniciativa solicitante del ingreso directo a México de fuerzas militares estadunidenses para confrontar a cárteles relacionados con el fentanilo.

Marco Rubio, el ultraderechista senador cubanoamericano, habría sido seleccionado por Trump para la estratégica Secretaría de Estado, según han revelado varios medios influyentes de aquel país, aunque la versión no había sido confirmada. Poner a un fanático, a un “cruzado” contra el “comunismo”, en tan determinante cargo, sería un mensaje no de diplomacia sino de confrontación militante con los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y, en un plano ligeramente menor, con México y con toda opción gubernamental progresista o de orientación popular.

Morena sigue en la recolección, premiada, de chapulines partidistas. Ha tocado el turno de Cynthia López Castro, quien pasó en un mes de ser reverente seguidora y defensora de Alejandro Moreno, Alito, y del PRI, a la par que descarnada crítica de Morena y de López Obrador y sus hijos (los señaló como corruptos), para convertirse en desertora de la sesión senatorial que votaría la reforma judicial (con su ausencia, ayudó a las necesidades de Morena y aliados). Luego, López Castro renunció al PRI, fue recibida por la presidenta Sheinbaum y ahora, mediante foto con Luisa María Alcalde, ha anunciado que pasa a Morena, para “seguir sirviendo a México”. Ah, tendrá apoyo especial para realizar en nuestro país un congreso mundial de mujeres parlamentarias, en marzo de 2025. ¡Hasta mañana!