Verano Agobiante

Ceguera de Andrés

Las cinco crisis vislumbradas para el verano son proporcionalmente superiores a la que vive Vladimir Putin por la rebelión y retirada de los mercenarios del grupo Wagner de sus territorios en lo que ha sido observado como una asonada que, en realidad, compromete seriamente el destino del presidente ruso. Ucrania observa como un triunfo la división y varios puntos estratégicos han sido recuperados.

En México, por fortuna, también se han roto ciertos controles de la mano de un mandante en retirada. Lo expresó con claridad hace unos días cuando dijo que su liderazgo al frente de la 4T, un ente subjetivo y a todas luces ineficaz y caduco antes de que se cumpla el final de su deplorable mandato y a seis años de la victoria electoral de Morena -el primero de julio es el día de la apoteosis como otros dictadores, como Franco, celebraban puntualmente “el día de la victoria” sobre sus pueblos oprimidos o manipulados-, con el concurso de todos excepto las precarias corcholatas que, en vez de avanzar, retroceden bajo la siniestra sombra de la soberbia y la prepotencia. Un concurso diríamos bastante desairado hasta el momento porque nadie sabe cómo apoyar a personajes de escasos vuelos como Adán Augusto, con rumbo al Senado, que bien merece el título del “rey feo” del carnaval de las hipocresías.

Mientras, las crisis se alimentan no sólo por la ineptitud del mandante sino, sobre todo, por la aburrida pasividad de una ciudadanía agotada por marchas y manifestaciones de casi todos los sectores de la sociedad, lo mismo transportistas y agricultores que los elementos del sistema de salud quienes ya no pueden proseguir sin insumos básicos ante la furia creciente de los pacientes condenados irremisiblemente. Este es el punto que explica el desánimo y acaso la resignación.

Todo aquel que produce la riqueza real del país, la que proviene de la tierra y no de los caprichos ferroviarios del señor del Palacio Nacional -una sede virreinal para sentirse como un monarca desquiciado-, siente sobre sí la enorme amargura de la impotencia sea por la falta de agua y de servicios eléctricos adecuados -los apagones que López IV niega-, que por la constante presencia del narcotráfico que ya domina el 82 % del territorio nacional, es decir, más de cuatro quintos de nuestro suelo en plena barbarie tolerada por un gobierno y un modelo totalmente fallidos.

Hablamos de cinco crisis y éstas son, sin remedio:

A.- El abandono del sector Salud que cada vez se parece más al de Rwanda que al de Dinamarca, bajo la desesperación de las asistencias médicas que sin necesidad de farsantes de importación, los de Cuba por ejemplo, podrían atender mucho mejor a los pacientes de contar con insumos básicos -aunque sea suficientes camas o colchones-, y medicamentos. Al contrario, se padece por la iniciativa superior de fusionar los distintos institutos de la salud únicamente para atender las necesidades básicas: una enfermedad mayor a un catarro se deberá atender en las clínicas privadas con alto costo.

B.- La crisis eléctrica que causa apagones al ser rebasados los suministros por la demanda explicable por las ondas de calor que hacen subir los termómetros hasta a 50 grados centígrados. ¿Y qué sucede? Qué hay bastante más apagones, aunque no quiera verlos López, y menos posibilidades de sortear el ambiente caldeado -viene bien el término-, sobre todo en entidades como Yucatán y los desiertos del norte en donde no se puede ni respirar además de que los alimentos refrigerados se pudren y escasean también.

C.- La escasez de agua que aumenta al bajar el nivel de las presas, además de la terrible negligencia de no mantener en buen estado, por ejemplo, en el sistema Cutzamala que surte a la Ciudad de México y rinde cada vez menos cada día. ¿Alguien se ocupa de atender esto? Lo que hace Conagua es reportar algunos datos, maquillados naturalmente, para exhibir la problemática sin que ésta le importe un bledo al titular del Ejecutivo.

D.- La inseguridad creciente en las carreteras que no permiten recorrer el país a pesar de los constantes anuncios de la Secretaría de Turismo para atraer incautos a los pueblos “mágicos” por desgracia situados en zonas de alta peligrosidad criminal. Por ello son cada vez más los atracos con víctimas en carreteras troncales e incluso en las rúas de mayor conectividad.

E.- Quienes han progresado y mucho son los narcotraficantes. A éstos sí les va muy bien porque su poder de fuego, incluyendo misiles, minas y drones, además de armas de alto poder, ya es superior a los de las fuerzas armadas oficiales lo que es suficiente para declarar que México ya es, por desgracia, un estado fallido.

Lo más grave de la situación es que en Texas, y en otros estados de la Unión Americana están por proceder igual, ya se considera terroristas a los sicarios y sus mandos situación que, de extenderse, podrían propiciar incursiones armadas en el país, lo mismo estadounidenses que de la ONU, basadas en el imperativo real de frenar, sobre todo, el flujo de fentanilo hacia los Estados Unidos en donde varias decenas de millones de personas están en riesgo de ser adictos y morirse por la desesperación moral y psicológica de una sociedad cada vez más encerrada y dominada.

Y mientras todo ello pasa, al mandante y su corcholata triunfadora solamente les interesa promoverse en los mítines “del adiós”. Es un verdadero asalto contra la convivencia humana.

loretdemola.rafael@yahoo.com