Democracia degollada

Pobre destino de AMLO

El Trife, cuyas decisiones son inatacables de acuerdo a la norma suprema -esto es no ha lugar a apelaciones, debates o impugnaciones de ningún género-, determinó ya dos cosas que, evidentemente, distan mucho del concepto democrático: entregar su certificado de mayoría a Claudia Sheinbaum, reconociéndola como “presidenta electa” y asumir que todas las denuncias interpuestas por la oposición -y la ciudadanía mucho más activa- “carecen de fundamento” a pesar de que miles de casillas presentan irregularidades que deberían llevar a la anulación de los escrutinios. El tuerto observa lo que quiere.

Así que la valerosa lucha de millones de mexicanos por conservar la esencia de esta institución, así como la autonomía real del Instituto Nacional Electoral (INE) se volatizó con la fuerza de un huracán político y el respaldo de las fuerzas armadas cuyos integrantes siguen un patrón de obediencia supina ante los mandos corroídos por sus complicidades con el gobierno vigente que, a su vez, mantiene sus nexos y conexiones con el crimen organizado tal y como se ha demostrado, a través del periodismo de investigación y por las declaraciones de los propios sicarios, especialmente Ismael “El Mayo” Zambada, quien nunca había pisado una prisión y ahora solo tiene como salida revelar nombres como lo ha venido haciendo, quienes no tienen nada que perder escondidos en los matorrales pero profundamente dañinos para para un país inestable y profundamente atado a la corrupción.

Cuesta visualizar la salida de AMLO y la llegada de su corcholata-marioneta, ya presidente electa, para recibir la banda tricolor que seguramente le quedará larga y demasiado holgada dada su composición física. AMLO optó por el baño de pueblo -con recursos para los acarreados que acaso fueron substraídos del sector salud y específicamente del área de vacunación a donde nunca llegaron las dosis de “Patria” cuyas patentes costaron más que los líquidos-, para festejarse a sí mismo por su último informe “de gobierno” a tanto por torta.

Pero aún no percibe, bajo el peso de la egolatría fascista que pretende trasladar a sus enemigos -no solo adversarios-, cuánto rencor y odio ha sembrado a su paso; digamos que, contra las encuestas maquilladoras, el sesenta por cierto de los mexicanos lo repele y vivir así, encerrado en su heredad de “La Chingada” no le resultará para nada agradable sino un blanco perfecto a favor de los radicales, de todos los colores, dispuestos a cobrarse las afrentas infringidas desde Palacio Nacional. No será agradable su retiro y tendrá que irse de México. Cuando menos, si bien su destino debiera ser la cárcel perpetua.

Los delitos cometidos por Andrés no caben en una breve semblanza: desde la destrucción paulatina del Estado de derecho, las masacres por él minimizadas, la protección a sus familiares que violentaron la ley y, sobre todo, la indiscreta andadura por los caminos del narcotráfico a cuyos “capos” mayores les ha entregado carreteras y privilegios para que puedan operar hasta más allá de las fronteras del norte. Ya lo desnudaron, una y otra vez, y el expediente contra el mandante pelafustán es mayor, según me dice un informante de la DEA, al de Manuel Bartlett, famoso por asegurar que él puede entrar sin problema a los Estados Unidos “pero lo difícil sería salir de allí”. El cinismo y sus esponsales con la demagogia dejaron herederos por todo el país. ¡Que hablen Rocío Nahle, gobernadora “electa” de Veracruz o Mauricio Vila, el gran especulador de Yucatán!

Mejor aún: que se investigue, en serio, al miserable gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, cuyos tratos con “El Mayo” son absolutamente nefastos y corruptos tal y como reveló, en su segunda presentación ante los tribunales de USA, el poderoso zar de las drogas, acaso el capo de todos los capos, intocable durante décadas y secuestrado para ser llevado, tras la violación del territorio nacional, por los elementos castrenses que entraron a México -como revelamos en su oportunidad- hace dos meses sin que hubiese informe oficial, del gobierno mexicano digo, al respecto. Este es el “pequeño” detalle que se oculta en medio del berenjenal de torpezas cometidas para el traslado de Ismael Zambada y del traidor Joaquín Guzmán López, uno de los célebres “chapitos” cortados con la misma moneda.

Todo lo anterior nos lleva a considerar que las escapatorias de AMLO van disminuyendo. Cubrió sus espaldas hacia dentro del país con la pretensa “presidenta electa”, su hechura quien dice haberse comprometido a armar el segundo piso de la TTTT, mismo que acabará siendo el insecticida para acabar con los morenacos; pero se olvidó de las pesquisas foráneas como las que dieron origen al secuestro de “El Mayo”. Por cierto, no es la primera vez que el gobierno estadounidense procede así; en 1990, sustrajeron del país para ser llevado a USA, al doctor jalisciense Humberto Álvarez Machain bajo acusaciones de haber participado en la tortura y muerte del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena Salazar y a su piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar, en una heredad de Michoacán. Existen versiones, no confirmadas, de la presencia del señor Bartlett, entonces secretario de Gobernación, en el rancho “El Marengo”, a donde llegaron los cadáveres luego de haber sido torturados en una casa de la calle López de la Vega de Guadalajara.

Todavía vive Bartlett, quien ya no será director de la CFE en mes y medio -para este cargo ya fue designada la señora Emilia Esther Calleja, experta en generación de electricidad durante veinte baños, a diferencia del asesino que mantendrá la titularidad hasta el 30 de septiembre-, para que, en el tiempo muerto siquiera, rinda testimonio no solo sobre los vínculos criminales con los narcos sino también por los bárbaros asesinatos contra periodistas, entre ellos mi padre Carlos, por órdenes suyas.

Espero, cuando menos, que la señora Sheinbaum, antes de asumir la Presidencia, se lave la sangre que le salpica por su cercanía con estos pelafustanes.

loretdemola.rafael@yahoo.com