El Dique de Oro
Pobre Justicia
El dique de oro es el Estado de México, una de las dos entidades del país en donde no se había dado la alternancia -solo queda Coahuila-. Allí se centraron las negociaciones más estridentes con rumbo a los comicios presidenciales de 2024, al igual que en 2017 cuando AMLO dejó pasar la afrenta de un fraude que no se impugnó para no estigmatizar a Morena como un partido “violento”.
El hecho es que Morena ganó y el 15 de septiembre de 2023 la ex secretaria de Educación y maestra de primaria, Delfina Gómez Álvarez, defraudada hace cinco años, obtuvo un sitio en el gabinete de López IV y dejó un desastre en su dependencia demostrándo que las maestras de primaria, muy respetadas y queridas, no necesariamente sirven para el ejercicio del ministerio con mayor presupuesto y conflictivo por las pugnas sindicales. Y dejó la secuela de los libros de texto que le estalló en las manos a su sucesora, la pobre Leticia Ramírez Anaya, arrastrada ahora por Claudia Sheinbaum a la coordinación de asuntos intergubernamentales y participación ciudadana. Una especie de doctorado en dos años.
De allí el tremendo enfado de la “maestra” Elba Esther Gordillo, un cadáver político viviente, ante la anterior designación de Leticia, de escaso currículo centrado en su puesto en las oficinas de Atención Ciudadana que, de ninguna manera, es academia para saltar al ministerio salvo en el apretado criterio del mandante López Obrador quien impone y jamás escucha las voces disidentes, incluso dentro de su gabinete ineficaz y silencioso.
Como Morena logró quedarse con el Estado de México se hizo evidente el propósito de canjear a la entidad con mayor riqueza del país a cambio de no interceptar al abanderado (a) a la Presidencia al calor de las estadísticas que marcaban hace un año cierta paridad entre todos los partidos opositores y la estructura global del partido del presidente, aunque no fueran en el mismo sentido las ben(mal) ditas encuestas.
De allí que surgiera y creciera la aspiración del junior fracasado, Enrique Octavio de la Madrid Cordero, de escaso currículo político –una diputación plurinominal y la titularidad de Turismo como sucedáneo de Claudia Ruiz Massieu, otra de las juniors del viejo régimen–, quien defendió a la administración de su padre, Miguel, cuando ésta ha sido una de los peores de los tiempos modernos (1982-88). Y se quedó mirando al estrellado azul del cielo.
No olvidemos que durante el sexenio de MMH, el progenitor de quien fue aspirante presidencial –por la amnesia corrosiva de los mexicanos–, se dio el primer boom del narcotráfico en México a través del cártel de Guadalajara, se reprimió a los periodistas alcanzado el “récord” de asesinatos que está a punto de romper López IV y se llegó al 159 % de inflación mientras la deuda del gobierno ascendió a 102 mil millones de dólares. Además, boicoteó la idea del presidente argentino, entonces Raúl Alfonsín, considerado ahora un prócer en su país, de formar un bloque de deudores para frenar el agio internacional, sobre todo frente a USA; así, siguiendo instrucciones del Fondo Monetario Internacional, se optó por negociaciones unilaterales que dejaron secuelas gravísimas como el considerable aumento de pobreza extrema.
Pero el nuevo De la Madrid no dice que su formato nace del puente “bartlettiano”, pues Manuel Bartlett fue secretario de Gobernación con su padre y es actualmente uno de los intocables, como director de la CFE hasta el ya próximo mes de septiembre del régimen lópezobradorista. ¿Unimos cabos?
La Anécdota
La justicia, como siempre, tiene precio y obedece a las consignas de arriba. No fue casualidad que el mismo día –viernes 19 de agosto de 2022–, saliera de prisión María del Rosario Robles Berlanga, ex titular de la Sedatu en donde sustituyó, precisamente, a Jesús Murillo Karam, quien pasó a la Procuraduría General de la República, y ahora debate su situación jurídica detenido horas después de la liberación de la señora Robles, autora del cursi libro autobiográfico “Con Todo el Corazón”.
Pero el hecho es que los dos pertenecieron a la administración de Peña Nieto a quien Alejandro Gertz, el fiscal ególatra, fincó posibles responsabilidades incluyendo la operación con dinero ilícito, esto es lavado de dinero, reaccionando bajo el agua dispuesto a encabezar una cruzada al frente del Grupo Atlacomulco contra Morena.
Curiosamente, otro ex mandatario, Vicente Fox, salió al aire, con su “uniforme de campaña” –¡camisa ranchera y sombrero de piel de conejo–, para incordiar a López Obrador y resucitando al yunque como centro neurálgico para exigir la destitución del arrinconado Andrés Manuel; y Felipe Calderón no deja de lanzar duras pedradas contra el mandante-mandatario exigiendo que no se rompa la alianza opositora contra éste.
Nunca había sido tan profunda y tan clara la descomposición política del país, al interior de los partidos y en cuanto al revoltijo de expresidentes que acaso, pese a sus tremendas fallas en sus respectivos períodos, todavía podrían organizar una celada contra su despreciado sucesor desde todos los ángulos posibles.
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