Choque de Fuerzas

El Contra-Informe

1.- En el choque de fuerzas entre el mandante pelafustán y la coordinadora del Frente Amplio por México, comenzó ganando la segunda al tiempo que, con todo y el precario recorrido por el Tren Maya cuya supervisión, con AMLO adentro, diez horas entre Campeche y Mérida y luego se descompuso en el tramo hacia Chichén Itzá. AMLO se desmorona como falso redentor de la patria y líder de las perogrulladas nacionales.

Fueron decenas de mentiras en el texto de su VI Informe, desde la torpeza vergonzosa de hablar sobre que ha ganado la batalla contra la corrupción cuando es evidente todo lo contrario, hasta el falsario anuncio de que funcionaría ya la refinería “Olmeca” en Dos Bocas: con trabajo apareció un barrilito por allí y volvimos a la opacidad y el silencio.

También un año atrás, en Campeche además -la tierra de la faraona Layda Sansores-, la jaguar-, mostró su verdadero rostro político: el de permanente violador a la ley. Fue claro que desde su inadecuada vestimenta -ni Echeverría, campeón de las guayaberas, se atrevió a tanto-, esto es sin traje ni corbata hasta la ausencia de la banda presidencial que tiene obligación de portar en estas ocasiones, las del Informe Constitucional, ante una audiencia de reverentes apoyadores de la gobernadora-cabaretera y no la del Congreso a donde fue entregada una copia del documento por la tarde con Luisa María Alcalde, la guapa secretaria de Gobernación, como emisora -al mediodía hizo presencia en el recinto campechano al lado de Beatriz Gutiérrez Müller, la “no primera dama” y funcionara del gabinete.

Por cierto, en la primera fila del apretado Centro de Convenciones campechano, además de las damas apuntadas en un extremo, pudo verse, en la otra esquina, al general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, al lado de un tímido embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar. Con tres asientos vacíos de distancia entre las elevadas mujeres y la extraña pareja -un militar y un diplomático- que, al parecer, mantienen los controles. Las formas significan mucho en un país de simuladores. Todo esto hace un año.

Una vez más, el mandante tuvo miedo a encabezar una transformación de fondo: reconstruir al informe acudiendo al Congreso a rendirlo y, además como sucede en no pocas naciones democráticas, esperar los posicionamientos de los distintos partidos y responder a las interrogantes de sus representantes y agradecer las adulaciones de sus legisladores incapaces todavía de sacudirse el mantón del presidencialismo autoritario. Prefirió irse a Campeche designado ya como padrino de nupcias de su amada Layda con el embajador de nuestro país en Guatemala, Romeo Ruiz Armenta. De verdad se llama Romeo y a la mera hora... ¡se rajó!

Fue un derroche de aplausos y vivas, sin duda, con las pausas acostumbradas y los elogios a la propia gobernadora del lugar, así como a Rocío Nahle, entonces ladrona secretaria de Energía, con los parabienes por el breve funcionamiento de la refinería cinco veces inaugurada y, desde luego, “al licenciado Bartlett”, el mayor rufián de la 4T luego de cincuenta y cinco años de militancia priista -de 1957 a 2012-, por el supuesto de que instalarán doce plantas de energía sobre todo en el agraviado sureste.

Y se llevó hora y media repitiendo sus arengas tales como esta sustantiva: “por el bien de México, primero los pobres”. Aquí aparece un punto discordante: el Coneval anunció, con bombo y platillos, que nueve millones de pobres habían dejado esta condición, pero los noticieros independientes hicieron cuentas sobre estos datos y concluyeron que solo eran cinco millones; lo extraño fue que, hasta pocos días de esta información, los propios medios y los organismos medidores aseguraban, al igual que los partidos de oposición, que la miseria había aumentado, no bajado, en cinco millones de pobres. Toda especulación, ante esta discordancia tremenda, tiene cabida.

2.- Lo mejor de aquel día, sin duda, fue la inmediata réplica de la maestra del encantamiento, Xóchitl, quien, de hecho, tomó el Senado -sin haberse separado aún de su escaño-, y la tribuna, para censurar aquel V Informe y, de paso, encarar el fracaso de la IV Transformación, un asunto detrás de otro. La mayor vergüenza fue la reacción de los morenistas cuyas pieles burdamente sensibles no pudieron soportar el bravo discurso de la señora en visas de convertirse en segura candidata de oposición y optaron por dejar el pleno del Congreso dejando vacías sus curules y escaños. Un proceder que, per se, los alejó de toda condición democrática.

Lo del VI Informe fue bastante peor con las ofrendas de las reformas listas y el récord de acarreados financiados con el dinero que recortaron al sector salud -con olor a Dinamarca, esto es a podrido-. Solo un argumento repiten, sin cesar, los adoradores del régimen -recuerdo, al principio de la gestión de AMLO- que los beneficiarios del gobierno en curso me reprochaban usar el término “régimen” por considerar que este era despectivo bajo la óptica de su supina ignorancia-: los bonos sociales que en parte son justicia y en mayor porcentaje una estrategia -el mismo AMLO lo dijo así- para asegurarle votos a Morena porque sin corrupción -también lo expresó así meses antes- un gobierno no puede funcionar porque se deben extraer de la misma fundamentos para “el desarrollo que lleven a la transformación”. No perdamos la memoria.

loretdemola.rafael@yahoo.com