La Guacamaya Vuela

Abrazos Frustrados

Las repercusiones sobre las filtraciones o hackeos al sistema cibernético de la Secretaría de la Defensa Nacional, en cuanto al modus operandi de la misma en el caso de la captura y liberación de Ovidio Guzmán López -coincidencia inaudita de este apellido por mucho que sea uno de los más extendidos en México-, colocó al exmandante pelafustán en una situación irreversible en cuanto a las amenazas y la desesperación por la revancha que siempre le han caracterizado.

La pobre salida encontrada por el ex López IV a la contundencia de la exhibición, le hizo al mismo reconocer que los informes dados a conocer eran ciertos al tiempo de insistir en que se debían filtrar los asuntos y adquisiciones particulares de quien la difundió, lo cual además de torpe está fuera de lugar por cuanto pone en riesgo las inversiones privadas que pueden estar expuestas, por interpretaciones malsanas de la superioridad, a un escrutinio peor al terrorismo fiscal o como mecha lista a prender para mantener a raya a cualquiera que no se rinda ante un gobierno espía y ligado, de manera inequívoca, al crimen organizado.

Todo ello repercute, jurídicamente, en un estado de excepción, carente de legitimidad democrática -incluso perdiendo el sambenito célebre de los 30 millones de votos obtenidos en los comicios de 2018 o los 36 que se llevó Claudia en la tómbola cibernética- pese a las sobrevaluada “popularidad de la presidenta” ya en funciones.

(Es sencillamente imposible que el antiguo mandante presuma por creer tener un aval de la ciudadanía mayor al 60 por ciento de la población; de ser así, estaríamos hablando, siguiendo el listado del Padrón Electoral -123 millones de mexicanos mayores de 18 años-, de que 73 millones aprueban la labor de quien, se supone, ya se fue, esto es mucho más del doble de los votantes de 2018 cuando es evidente que de estos, cuando menos, un tercio jamás volvería a sufragar por AMLO o por Claudia, lo que les colocaría solo con 20 millones de simpatizantes reales, un 17 por ciento aproximadamente de cuantos tienen derecho a sufragar, como ha demostrado ya el “conteo ciudadano”).

Decían hace días que la tragedia del presidente enfermo quien pretendió elevarse a la posición de mártir aguantador de males graves que limitan sus facultades para gobernar -cardiopatías, hipertensión, gota y problemas neuronales-, por cuanto al sacrificio que le debe a “su” pueblo -una postura demagógica si se observa cuánto han ganado sus socios gracias a las generosas concesiones federales, en un gobierno más cercano a los ricos-, como una puerta falsa hacia el abismo de “La Chingada”.

La cuestión es cómo vencer la inercia de la manipulación que se cierne sobre esos veinte millones de mexicanos quienes creen y predican que ningún otro mandante les había dado tanto, esto es bonos y prebendas como si tales salieran del bolsillo de AMLO y no del erario cada vez más apretado por las malas políticas de la 4T.

Sumando estas condiciones, más las que se agreguen muy pronto con la difusión de otras filtraciones, que Claudia sabe cuáles son sin duda, colocan en la condición de jaque mate al deplorable gobierno.

En el libro “El Rey del Cash”, cuya autoría se acredita a Elena Chávez, quien fuera pareja de su antiguo y más cercano colaborador, César Yáñez, es el último clavo sobre el ataúd político de AMLO. Ni como ayudarles menos si se cuenta como supuestos consejeros a Jesús Ramírez Cuevas, El Pigmento Ibarra y Al Jajajalife Rahme-ra. Vamos ni los corifeos youtubers al servicio de los anteriores podrán dar la cara.

Es clara la dirección de la obra de marras: dejar registrado cómo opera la 4-T con dinero fuera del presupuesto, posiblemente ilícito, a la manera de las peores mafias. Es un libro devastador que coloca a Andrés, quien se creyó redentor, en la picota del fracaso histórico además de plantear cuál podría ser el destino de Morena, un partido diseñado exclusivamente para que ganara la presidencia el propio Andrés y que comienza a desmoronarse a ritmo acelerado con la periódica degradación de su “reina” Claudia, a la vergüenza de acreditar a personajes turbios, como es el caso del gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, o del cacicazgo de los Yunes en Veracruz.

No tiene Andrés Manuel ningún rincón en donde guarecerse... ya ni siquiera cuenta con el de las fuerzas armadas fortalecidas y supuestamente leales hasta ahora con todo y la Guardia Nacional que merodea por Palenque y Culiacán.

El Horror

La violencia se recrudece, lo mismo en Aguascalientes y Tamaulipas que estrenaron gobiernos estatales en 2022. Allá por la “tierra de la gente buena” saludaron a la gobernadora Tere Jiménez, con un bárbaro tiroteo en Rincón de Romo entre policías y maleantes, acaso como una especie de llamada de atención para la nueva mandataria, precisamente en la víspera de su asunción, el viernes 30 de septiembre.

Y en Tamaulipas se vive en un polvorín con la guerra territorial entre los Zetas, el Cártel del Golfo, el de Sinaloa y decenas de tentáculos que aprietan y acaso reclutan a los funcionarios del nuevo régimen y posiblemente al nuevo gobernador quien llegó al extremo de refugiarse cinco días reintegrándose al Senado para evitar que su predecesor lo mandara a detener por graves acusaciones, tantas y las mismas que el saliente, Francisco García Cabeza de Vaca, panista, debió sortear pasando a ser, en una semana, de perseguidor a perseguido.

Por cierto, la Constitución tamaulipeca expresa que no podrá asumir el cargo de gobernador quien no se hubiera separado de cualquier otro cargo público cuando menos 120 días antes; es el caso de Villarreal y su fugaz retorno al Senado-escondite. Pero ya sabemos todos cuanto valen las constituciones -la federal y las locales- en el México de la ilegalidad.

loretdemola.rafael@yahoo.com