Guacamaya Vencedora
¡Alianza con Rusia!
La guacamaya superó a la chachalaca. Y no solo eso, ahora amenaza con revelar informes de tal punto graves que le da una “oportunidad” al mandatario-mandante: su renuncia para salvarse de una caída estrepitosa luego de documentarse sus nexos con el crimen organizado y las “aportaciones” recibidas a lo largo de su hipócrita travesía opositora.
Ya habló el ex que tenía una cuenta abierta -misma que fue cancelada por el banco como sucedió con la del “subcomandante” Marcos (Galeano) y la única guerrilla pacifista del mundo-, lo cual abre la interrogante sobre una revelación sobre las aportaciones recibidas con dinero del “pueblo” -por ello el demagógico discurso sobre el gobierno para los pobres-, o a través de los capos con dinero sucio y bien distribuido en los lavaderos de Palacio y antes por el edén tabasqueño. Esto debe ser motivo de indagatoria con la nueva presidenta cumpliendo con su deber.
De allí la urgencia de exhibir los tratos sucios del exgobernador de la entidad mencionada, el hoy senador y jefe de la bancada morenista, Adán Augusto López Hernández, quien, ingenioso hasta la caricatura, se revela como un lacayo incapaz de infundir confianza, tratando todavía de ligar su apellido con el de Andrés en franco declive del debate político en la vida de un país atenaceado por el autoritarismo del Ejecutivo, con todo y Guardia Nacional aunada a la intervención del ejército como el gran gurú de los poderes de la Unión.
A simple vista puede observarse, y más tras el canto agudísimo de la guacamaya, que el general secretario, Luis Cresencio Sandoval González, y el almirante José Rafael Ojeda Durán, hicieron mancuerna para sitiar al mandante de Palacio y colocarlo en una situación de fanfarronería pero sin mayor capacidad operativa salvo la que decidan las fuerzas armadas. Y esto, sin duda, es el mayor signo del comienzo firme de la militarización del país y del periodo sexenal de Claudia Sheinbaum.
¿O acaso fue un milagro que el excoordinador de Morena en la Cámara de Senadores y frustrado aspirante presidencial, Ricardo Monreal Ávila, lograra en unos cuantos días la aprobación de los legisladores que le faltaban para dar cauce a la nueva normatividad castrense con la extensión de su dominio callejero hasta 2028? Y lo mismo hizo Adán Augusto para salvar su pellejo a expensas de un elevado chantaje a la altura de cuantos ha sido blanco del Ejecutivo, acaso también ahora.
El Ejército y sus mandos se han percatado de la vulnerabilidad creciente de su comandante en jefe -no hay femenino para este título-, y esto es tanto como acelerar su aislamiento y posterior salida de su residencia virreinal para una toma del poder por parte de las Fuerzas Armadas. El terremoto político ya inició y es tan grave que el reciente hackeo de información cibernética a la Secretaría de la Defensa Nacional podría ser parte de un juego perverso para filtrar cuanto fuese necesario para devastar, sobre todo, el poder presidencial aunque con raspaduras significativa a los militares para evitar mostrar el origen de los escándalos. Hasta el momento los mandos superiores, incluyendo a la Marina, no han sido exhibidos.
Por supuesto debe ahondarse en este tema cuidando muy bien cuanto se dice de cara a una opinión pública agitada con los informes despiadados y deseosa de un punto final; esto es que no se quede a medias lo ya conocido.
La Anécdota
Al parecer Claudia ya tomó partido si observamos el “acuerdo espacial” firmado con la Rusia del invasor Putin que podría significar, más que otra cosa porque en esta materia nuestro país está en pañales, un serio alejamiento de la gran potencia del norte de nuestro continente. ¿Qué se busca con ello?
El conflicto en Europa asciende. La belicosidad de la invasora Rusia, quien ya amenazó con utilizar armas nucleares, contra la debilitada Ucrania que ha debido defenderse hasta con los afilados dientes de los Estados Unidos si bien detrás de bambalinas, nos coloca, sin duda, en el abismo de una tercera guerra mundial. Y en México, cargando las controversias de la miserable y empobrecedora 4T, ni siquiera hemos medido las consecuencias.
La dama de Palacio, de plano, no percibe los riesgos de su “alianza espacial” con Rusia cuando se recrudecen las acciones en territorio ucraniano y ello nos coloca en el filo de la navaja, en serio, con muy posibles y severas consecuencias.
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