AMLO Dilapida Votos

Esto es un Suicidio

Contra la percepción general, adelanto una nueva teoría al calor de los hechos recientes: el mayor enemigo de Morena y Claudia Sheinbaum es precisamente Andrés Manuel López Obrador. No se extrañen de esta afirmación porque enseguida la explico, repito, considerando las acciones de las últimas semanas de quien fue titular del Ejecutivo federal hasta el último día de septiembre pasado, hace un mes, y ya su parecido político puede encontrarse entre Ignacio Comonfort y Porfirio Díaz.

Es evidente que sus pleitos personales y su obcecada persecución a los contrapesos más notables han ido sumando opiniones contrarias a su gobierno pese al rudo afán de sus pequeños Goebbels para salvaguardarlo incluso de sus errores más evidentes. Y vamos a los ejemplos:

La ausencia de conclusiones definitivas y creíbles en el caso de los 43 normalistas de la Normal de Ayotzinapa, con casi una década de sufrimientos no solo para las víctimas sino también para sus familias y amigos, ha vuelto a prender la mecha de la indignación al considerarse qué poco se ha avanzado en cuanto a la coerción a los victimarios y la aparición de la verdad -la llamada “histórica” secundada por AMLO, casi letra por letra, ha caído por los suelos-. Miles de activistas y organizaciones no gubernamentales perdieron su fe en López IV y en eso que él llama la 4T.

Los agredidos transportistas, maestros y miembros del sector salud -acaso el más afrentado- han puesto de uñas a estos sectores contra el sistema y el gobierno al no ser siquiera escuchados por la superioridad quien usa pretextos ilógicos para justificar su abstinencia de resolutivos. De allí los bloqueos citadinos y el permanente asedio de todos estos grupos en la mayor parte de las ciudades de la República. ¿Cuántos votos se esfumaron en el seno del partido en el gobierno, Morena, acaso por la negligencia del gobierno para atender a quienes fueron parte de sus “votos duros”? Estamos hablando de que miles de involucrados se han retirado de la trinchera partidista.

El torpe y brutal ataque al Poder Judicial reventando trece fideicomisos que benefician a más de 40 mil trabajadores del mismo -incluyendo jueces y magistrados-, ha desatado, una vez más, la justa indignación de la ciudadanía, y esto muy a pesar del desprestigio mantenido por la incapacidad de algunos juzgadores, por el sencillo hecho de que se ha fracturado el gobierno compuesto por tres poderes y no sólo por los caprichos del Ejecutivo. Esta clara muestra de intolerancia, cuyas consecuencias aún no sabemos, han unido hasta a quienes habían acumulado rencores contra un poder en el que la diferencia de clases marca los caminos de la justicia. Este fue el inicio de la reforma estúpida.

La torpe comparación entre los ingresos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia y los del mandante pelafustán ha puesto a éste contra la pared al exhibirse que la austeridad no está en Palacio Nacional y, por tanto, los lujos y privilegios no están en el Poder Judicial sino en las manos de López IV. Con ello, claro, el despertar de la ciudadanía es más que clara. El finiquito de los trece fideicomisos que blindaban a los trabajadores más que a jueces y ministros, demostró la avidez por absorber dinero, repartirlo y, para colmo, abrir tres fideicomisos a favor de la Sedena como si ésta careciera de privilegios, la misma razón por la cual se procedió contra el Judicial. La sinrazón, por supuesto, alejó a los integrantes de este poder, uno de los tres que forman gobierno, de Morena y sus adherentes.

Las torpezas no quedaron allí. Hace un año el ex mandante se reunió con algunas de las figuras más despreciables del continente, Nicolás Maduro y Miguel Díaz Canel los primeros, en Palenque, Chiapas, en una supuesta “cumbre” sobre la migración incesante que tiene su origen en las malas condiciones de vida, sin libertades ni alimentos, de sus respectivos países encabezados por los hipócritas reunidos en México bajo el aliento de López IV. Fue como una bofetada a las libertades más que un aval a los infelices que marchan buscando el “sueño americano” y han convertido a nuestro país en destino, ya no en el tránsito hacia los Estados Unidos. Por supuesto, esta condición aumenta los rencores contra la pésima administración gubernamental en este renglón.

Lo anterior, aunado a las bravuconerías de López y sus mentiras sobre la fabricación de fentanilo, mismo que originó la misión de alto nivel de Estados Unidos, encabezada por Anthony Blinken, secretario de Estado de USA, además del fiscal general Merrick Garland, el ministro del interior y otros encargados de la seguridad nacional del vecino aplastante del norte, cuyas condiciones fueron escasamente atendidas y provocaron que, en principio, se congelaran 800 millones de dólares en represalia por los millones de dólares en petróleo enviados a Cuba -aunque lo nieguen las autoridades mexicanas, hay facturas en nuestra mano que lo corroboran a través del Banco del Bienestar-, y después la conflictiva en nuestra frontera norte dio lugar a que se consideraran siete mil millones de dólares en el presupuesto estadounidense para asegurarla dentro de los 100 mil millones destinados a reforzar las regiones del planeta de alto riesgo, como Israel y Ucrania.

De este tamaño es la preocupación de los vecinos incómodos respecto a los riesgos que representa México, los narcos y el gobierno infestado de criminales, a los Estados Unidos. Sin poder precisarse una cifra no pocos mexicanos informados repelen este comportamiento oficial y están listos a sostener la dimensión del fraude cibernético del pasado 2 de junio.

En resumidas cuentas, como en un principio expresamos, nuestro gobierno parece estar suicidándose políticamente y por ello se entrega a la militarización como último recurso para controlar el incierto devenir de Claudia Sheinbaum.

loretdemola.rafael@yahoo.com