Crisis migratoria
El Tacaná es uno de los volcanes más altos de México; con sus cuatro mil 092 metros de altura sobre el nivel del mar, la “Casa de Fuego” se ubica en la frontera de México con Guatemala, en una zona montañosa donde también se ubica la Reserva de la Biosfera de una gran belleza natural. De ahí, el nombre de esta columna de opinión en la que trataremos de desmenuzar los diversos temas de interés para todos.
Agradezco la confianza y generosidad de las directivas de Cuarto Poder, Profra. María Morales Ruiz y Lic. Ana María de la Cruz Morales, que me brindan el espacio para continuar haciendo periodismo desde la Frontera Sur de México, en donde existen grandes retos y también oportunidades.
Hoy precisamente tocaré un tema que ha sido toral en los últimos años: la crisis migratoria que hemos venido enfrentando y que lejos de terminar, con el triunfo de Donald Trump en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos, se puede agudizar y esta zona, convertirse en el “contenedor” de miles de extranjeros que buscan alcanzar el “sueño americano”.
Más de 450 mil extranjeros solicitaron refugio en México en el último sexenio, de Andrés Manuel López Obrador, pero son millones los que han cruzado territorio nacional tras ingresar por el río Suchiate. Las caravanas que salen de Tapachula, prácticamente todos los días, organizadas o en pequeños grupos familiares, son la muestra de la magnitud de la migración que viene de más de cien naciones, aunque el top 10 lo integran Honduras, Cuba, Haití, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Brasil, Colombia y República Dominicana.
En diez años, los registros de solicitudes de asilo en el país tuvieron un crecimiento exponencial. En el 2013 apenas fueron mil 295, pero en el 2023 se llegó al récord con 140 mil 754. Esa es la muestra de la magnitud del fenómeno de la movilidad humana que estamos enfrentando, siendo Tapachula, la ciudad más importante de la Frontera Sur en donde se concentra la mayoría de ellos.
El triunfo de Donald Trump, quien iniciará funciones como presidente de Estados Unidos a mediados de enero del próximo año, podría venir a recrudecer la problemática si vuelve a endurecer las políticas migratorias en su país, como aquel “Quédate en México” que impuso en el 2019 y a realizar deportaciones masivas, como lo ha anunciado, porque ahora la gran mayoría de los migrantes que ingresan por la Frontera Sur van de paso y de ocurrir eso, se van a empezar a quedar y por el momento no existen oportunidades de empleo o la capacidad de brindarles los servicios básicos que demandan.
En Tapachula se calcula que unos 60 mil extranjeros permanecen varados, pero llegaron a ser 150 mil y el arribo no se detiene por ninguna circunstancia, lo que propicia serios problemas sociales, incluso se considera que es una de las causas por las que la población local tiene una alta percepción de inseguridad.
De ahí la importancia de la creación de los polos de desarrollo industrial en la zona fronteriza sur y en particular Tapachula que, además, tiene una ubicación estratégica al contar con aeropuerto internacional, puerto marítimo, carreteras y está en marcha la construcción de la línea K del Tren Transístmico, que vendrá a ser un detonante más para generar condiciones para la atracción de capitales e inversiones.
El alcalde tapachulteco, Yamil Melgar Bravo, tiene muy claro que se necesita atender el fenómeno de la movilidad humana que estamos viviendo y no se ha quedado de brazos cruzados, por lo que ya ha sostenido encuentros con representantes de organismos internacionales de la ONU y nacionales que ven asuntos relacionados con la migración, para buscar mecanismos de apoyo integral.
Por su parte, el gobernador electo de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, también sabe que la Frontera Sur de México es estratégica por muchas razones, siendo una de ellas la migración que, de ser un problema social, se puede convertir en una oportunidad para el desarrollo mediante la generación de un polo industrial al que vengan nuevas inversiones y se generen los empleos, no solamente para los mexicanos, sino también a quienes vienen de otras naciones que buscan llegar a Estados Unidos.
La Frontera Sur, la Costa y el Soconusco de Chiapas son regiones de alta riqueza productiva y cuentan con la infraestructura necesaria para convertirse en un pilar para el desarrollo regional, pero se requiere un trabajo interinstitucional, con los organismos internacionales y la sociedad civil para enfrentar la problemática que representa la movilidad humana.