El Transístmico

La reconstrucción del ferrocarril Panamericano o Costero de Chiapas está en marcha desde hace varios meses; en principio se había dicho que quedaría en operaciones antes de que concluyera el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, pero los tiempos no fueron suficientes y ahora se proyecta que la Línea K esté terminada en su primera etapa, entre los meses de agosto y septiembre del 2025, de acuerdo con la Dirección del Corredor Interoceánico. La ruta corre de Ixtepec, Oaxaca hasta Ciudad Hidalgo, en Suchiate, en la frontera con Guatemala, con más de 450 kilómetros, con lo que se conectará a Centroamérica para el traslado de carga y personas. 

Pero hagamos un poco de historia: el Ferrocarril Panamericano, que llegó a Tapachula y a la frontera con Guatemala en el año 1908, fue en ese entonces el más grande detonante del desarrollo productivo para la región; en su momento tenía servicio de carga y pasaje, pero con la construcción de carreteras, quedó solamente para el transporte de mercancías que venían del centro del país y las cosechas que salían de aquí por esa vía.

El ferrocarril fue pieza clave para el crecimiento económico de la región, ya que constituía la más importante vía de comunicación y se encargaba de transportar toda clase de productos que se cultivan en el Soconusco: café, maíz, frijol, ajonjolí, algodón y ganado entre otros; además, al paso de las vías se construyeron la mayoría de los pueblos de la Costa chiapaneca, desde Ciudad Hidalgo hasta Arriaga. 

El 31 de agosto de 1999, el gobierno federal decidió privatizar el Ferrocarril Panamericano y darlo en concesión por 30 años a la empresa norteamericana Chiapas-Mayab, pero ante el desastre provocado por el huracán Stan, los primeros días de octubre del 2005, el tren quedó destruido, cayeron al menos 18 puentes y kilómetros de vías fueron arrancadas de tajo y a pesar de que se anunciaron inversiones millonarias para su reconstrucción, no se concretaron. 

Por ese motivo, el 22 de octubre del año 2012, se modificó la concesión para que la Federación pudiera invertir en su rehabilitación y finalmente, el 23 de agosto del 2016, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) declaró el rescate de la concesión, respecto de las vías generales Chiapas y Mayab, que las consideraba como “de interés, utilidad públicos y seguridad nacional”, realizándose a la vez una rehabilitación a medias, con la cual evitaron pasar por Tapachula y construyeron la nueva línea de Obregón hacia Los Toros y de ahí a Ciudad Hidalgo y Puerto Chiapas; pero el tren, no operó completamente y solamente de vez en cuanto, pasaban algunos furgones. 

Por ello, con la construcción de la Línea K del ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, resurge la esperanza de tener un medio de comunicación que ayude nuevamente al desarrollo regional. Este conecta a Ixtepec, Oaxaca hasta Ciudad Hidalgo, como parte del proyecto del Corredor Interoceánico. Se trata de 459 kilómetros de vías y 526 puentes, incluso, ayudará a modernizar algunas poblaciones, como Huixtla, en donde el paso del tren será elevado. 

Como hace más de un siglo, el ferrocarril, ahora modernizado, vendrá a ser un mecanismo más que ayude al crecimiento productivo, industrial y económico, porque se están planteando proyectos paralelos como el hecho de utilizarlo como el medio para suministrar gas natural a Tapachula y los Polos de Desarrollo para el Bienestar de Puerto Chiapas. 

En noviembre del 2014, la Secretaría de Energía informaba sobre la construcción de un gasoducto de 20 pulgadas de diámetro y 440 kilómetros de longitud, de Salina Cruz, Oaxaca a Puerto Chiapas, proyecto que quedó olvidado. El gas natural es fundamental para el desarrollo de la industria.

Por ello, la importancia de que el gobernador electo, Eduardo Ramírez Aguilar, ya esté explorando un nuevo plan para suministrar gas, pero ahora a través de la Línea K del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y para ello, ha sostenido reuniones de trabajo con los más importantes empresarios del sector como Antonio D ‘Amiano Gregonis, Jesús Rodríguez Dávalos y Bruno Moreno Ruiz. “Estamos proponiendo la instalación de una estación de gas en Ixtepec y una estación de regasificación en Tapachula. Con esto, podremos detonar la industria en Tapachula y en toda la Frontera Sur”, ha dicho. 

Y es que se busca atraer nuevas inversiones que impulsen el desarrollo económico regional, pero requieren gas natural y el ferrocarril, podría ser la clave para lograr la industrialización y modernización del sur de México, por tanto, generar empleos y bienestar para la población. 

 Postdata

El ferrocarril ha sido un medio para el transporte de migrantes irregulares que ingresan al país y quizá al volver a funcionar igual será utilizado por los extranjeros que tras ingresar a territorio mexicano por la frontera sur buscan ir a los Estados Unidos y que ahora, se van en caravanas.