Finalmente, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, despejó la incógnita el mediodía y anunció los nombramientos de quienes serán los próximos secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina, hombres que, en ambos casos, garantizan la continuidad del papel protagónico que han jugado las fuerzas armadas en el gobierno de AMLO y llegan con el total respaldo de quienes dentro de veinticuatro días serán sus antecesores.
Sheinbaum confirmó, lo que le adelanté aquí hace doce días (https://shorturl.at/JmuYl), la designación del general de división diplomado de Estado Mayor, Ricardo Trevilla Trejo como titular de la Sedena y del almirante del cuerpo general diplomado de Estado Mayor, Raymundo Pedro Morales Ángeles como titular de la Semar, quienes deberán responderle como la primera comandanta en jefe de la historia.
Trevilla Trejo, de 63 años, es a la fecha el jefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional, el mando operativo más importante del Ejército y la Fuerza Aérea después del general secretario, ya que el subsecretario de esa dependencia se ocupa mayormente a tareas administrativas.
El recién designado secretario de la Defensa, oriundo de Campeche, conoce por lo tanto a la perfección las entrañas de las fuerzas armadas y, por su currículum, antigüedad, educación, la operatividad y experiencia en el extranjero, cumple sobradamente con los requisitos para colocarse en sus galones la cuarta estrella de general secretario.
Fue promovido a esa posición por su amigo el general secretario, Luis Crescencio Sandoval, quien lo respaldó en su nueva designación a contrapelo de quienes promovían a otros aspirantes o que incluso llegaron a decir durante los últimos días que el actual titular de la Sedena sería ratificado para garantizar la continuidad, algo jamás ocurrido en nuestra historia.
Como jefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional se sabe que no ha dejado de asistir (salvo contadísimas excepciones) a las reuniones de seguridad que todas las mañanas a las 6:00 horas encabeza López Obrador, no obstante que ha tenido dos eventos cardíacos que, si pusieran en riesgo su vida, hubieran sido motivo de que no se le designara secretario de la Defensa.
Por otra parte, el almirante del cuerpo general diplomado de Estado Mayor de la Armada de México, Raymundo Pedro Morales Ángeles, llega a la titularidad de la secretaría de Marina también con todo el apoyo de quien pronto será su antecesor, el almirante secretario José Rafael Ojeda Durán.
Oaxaqueño, de 58 años, Morales Ángeles es hasta hoy el director general del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, obra emblemática del gobierno que está por concluir, pero que además tiene un enorme valor estratégico para el nuevo, según ha dicho la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
Esa razón también envía el claro mensaje económico-comercial a Estados Unidos de que se contendrá la creciente presencia china en la nueva ruta que será competencia del canal de Panamá, en momentos en que las relaciones con el vecino del norte se han tensado por los riesgos que vislumbran sectores de allá con la reforma judicial y que dieron lugar a injerencias atizadas también por la entrega, secuestro o planeada extracción del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada.
Como le comentaba aquí hace unos días, el respaldo a Morales Ángeles del almirante secretario Ojeda Durán se mostró abiertamente después de las elecciones del 2 de junio pasado, al realizar juntos varias giras públicas y privadas, incluso a Washington.
El proceso sucesorio en la Semar no estuvo exento, sin embargo, de golpes bajos a otros aspirantes al cargo y a los grupos que los respaldaban dentro de la Armada.
Un ejemplo fue la publicación de un expediente del SAT que revelaba presuntos pagos millonarios a compañías fantasma durante la gestión del secretario Vidal Soberón y que raspó a quienes fueran su oficial Mayor, José Luis Vergara y al actual jefe del Estado Mayor de la Armada, Alfredo Hernández Suárez.
Sheinbaum da a conocer a sus secretarios de la Defensa y de Marina veinticuatro días antes de tomar posesión. AMLO lo hizo diez días antes. Ambos lo hicieron vía redes sociales. ¿Por qué no lo hizo en un formato presencial similar al de sus otras designaciones? Hasta esos detalles protocolarios tienen significados.