¿Alguien ganó?
Podría decirse que aparte de la importancia del hecho histórico de que inicia un proceso legal que puede ser de mayor utilidad en el futuro, la consulta popular del domingo 1 de agosto, sirvió para que la población -casi siete millones de mexicanos- hiciera un juicio público condenatorio en contra de los expresidentes de la República y para exhibir al Instituto Nacional Electoral (INE) que poco hizo para garantizar el éxito del ejercicio.
Muchas son las interpretaciones que la clase política y la opinión pública le han dado a los resultados de la consulta, que ya se sabía, no sería un éxito total desde el punto de vista numérico de participantes, pues apenas fue poco más del 7 por ciento del listado nominal.
Claro que habría que decir que el ejercicio fue exitoso si se toma en cuenta que es la primera vez que se realiza en el país y la participación de siete millones de personas no es poca cosa.
Desde luego que quienes aparentan estar felices son los propios expresidentes que argumentan una baja votación, pero en el fondo pretenden desestimar que cerca de 7 millones los han condenado en un juicio público al votar porque sean enjuiciados por todos los actos de corrupción que cometieron en sus respectivos mandatos.
Desde el inicio, la consulta estaba destinada a no prosperar como hubiera sido deseable, pues el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador se había pronunciado por el no castigo a sus antecesores, lo que dio la impresión de que únicamente buscaba la condena pública, que no es poca cosa, con lo que había marcado la línea.
Por una parte, tiene razón, pues habría que imaginar lo que significaría meter a la cárcel no digamos a uno, sino a varios exmandatarios que fueran encontrados culpables de diversos delitos.
La desestabilización que ocasionará algo semejante sería fenomenal y simplemente el presidente no podría gobernar. Si así como está el país es complicado mantener el equilibrio, con personajes de esa talla en prisión, sería el acabose.
Por eso desde antes de su toma de posesión, el jefe del ejecutivo federal había marcado su línea de no mirar hacia el pasado. En eso tiene razón, para qué desgastarse en algo que no serviría de mucho y se vería hasta cierto punto como venganza política.
Paradójicamente, a pesar de que López Obrador había dicho que estaba por el no al enjuiciamiento, sus seguidores, que son la mayoría de los 7 millones que sufragaron en la consulta del domingo, lo hicieron por el sí.
El hecho de que muy pocos hayan votado por el no, significa que los seguidores de los expresidentes no acudieron a las urnas a defenderlos, quizá porque éstos no los movilizaron, no les interesa o porque estaban seguros de que el ejercicio no prosperaría porque difícilmente la participación de los electores alcanzaría el 40 por ciento que se requería para hacer vinculatoria la consulta.
Hay que decir que a muchas personas les da igual si los expresidentes son o no enjuiciados y les importa más la situación actual, la crisis económica, la inseguridad que prevalece en varias regiones del país y el hecho de que no han mejorado las condiciones de vida en la actual administración que esperaban.
También hay que decir que el INE hizo todo lo posible porque la consulta tuviera poca difusión y puso trabas para facilitar la votación, con el argumento de que carecía de presupuesto, en lo que en cierta forma tal vez tenía razón.
De todos modos, es saludable que siete millones de personas se hayan tomado el tiempo para acudir a las urnas y emitir su voto, pues con ello comienza un proceso de toma de conciencia y de una práctica que seguramente se usará en el futuro.
Por lo que respecta a Chiapas hubo una participación de cerca del 9 por ciento, ligeramente mayor al nacional, lo que significa que en esta entidad despertó más interés la consulta, lo que habla bien de sus habitantes.
Es de suponerse que el próximo ejercicio de este tipo, el referendo de marzo para saber si López Obrador sigue o no en la presidencia, será una participación mucho mayor en todo el país, pues, entonces sí, los partidos políticos de oposición harán una extensa campaña, como seguramente la hará el INE. Ya se verá en su momento.
Por lo pronto, en el caso de la consulta del domingo la pregunta es: ¿Alguien ganó?
PICOTAZOS. Para este martes está programada una mesa de diálogo en Pantelhó, con la participación de autoridades federales y estales, con la finalidad de tratar de encontrar una salida a la crisis que se vive en ese municipio tsotsil y tzeltal de los Altos de Chiapas desde el 7 de julio. Ojalá que haya disposición de los asistentes para resolver el conflicto que ha provocado mucho sufrimiento a los pobladores. Uno de los primeros acuerdos podría ser la liberación de una veintena de retenidos desde el 26 de julio, por parte del grupo de Autodefensas del Pueblo El Machete, que los asocia con la familia Herrera. Poco se sabe de este caso, pero algunas personas aseguran que los retenidos se encuentran en San José Tercero u otras comunidades de la zona… Seis abogados chiapanecos recibieron un reconocimiento de la llamada Institución Nacional para la Celebración del Día del Abogado. Entre los galardonados se encuentra tres docentes de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach): Guadalupe Cordero Pinto, Diógenes Palacios y Juan Roque Flores. Este último explicó que estos reconocimientos son entregados cada año por el organismo mencionado en el marco del Día del Abogado que se celebra cada 12 de julio, en un acto que se realiza generalmente en la capital del país, pero debido a las condiciones impuestas por la pandemia, en esta ocasión se hizo en cada entidad. En el caso de Chiapas, el acto tuvo lugar el 26 de julio en la Facultad de Derecho de la Unach. Además de ellos tres recibieron un reconocimiento, Celia Sophía de Jesús Ruiz Olvera, Ovidio Cortázar Ramos y Efrén Meneses. Las categorías fueron: administración pública, trayectoria académica y postulante. Vaya desde este espacio una felicitación para todos ellos por este merecido reconocimiento. Fin