En su primera gira internacional y a menos de dos meses de haber tomado posesión, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dejó buena impresión durante su participación en la cumbre del G-20, realizada en Brasil.

El saldo es positivo no solo por las propuestas que hizo, sino por las reuniones bilaterales que sostuvo con presidentes de varios países, entre ellos los de Estados Unidos, Joe Biden, a quien solo le quedan dos meses en el cargo; de China, Xi Jinping; y de Francia, Emmanuel Macron; así como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

Aunque ya se sabe que cuando se trata de estos temas las propuestas están casi siempre destinadas a caer en saco roto, destacó el planteamiento de que se reduzca en 1 por ciento (24 mil millones de dólares al año) el gasto destinado a la guerra, a las armas, a la destrucción, pues.

La presidenta hizo el planteamiento ante los líderes de las principales economías del planeta, ante quienes propuso destinar esos recursos para replicar a nivel mundial el programa Sembrando Vida, creado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, y que se ha convertirlo en el plan de reforestación más grande de la historia en el mundo.

Puede ser que a algunos ciudadanos les parezca algo insignificante y hasta les cause risa, pero es hora de que las naciones, sobre todo las más desarrolladas que son las que más contaminan, tomen en serio el tema del calentamiento global.

Alguien tiene que tomar la iniciativa y proponer acciones que contribuyan a reducir el calentamiento global y una de las formas de mitigar ese impacto es precisamente sembrando árboles, lo que, además, según planteó la propia Sheinbaum, ayudaría a restaurar el tejido social y a salir de la pobreza a muchas personas.

La presidenta mexicana planteó que en lugar de sembrar guerras se siembren paz y vida. No solo es una metáfora, pues en general los países destinan más dinero para materiales bélicos que para atender la pobreza o el cambio climático. Es decir, toda una contradicción: Más para la muerte que para la vida.

El planteamiento de la presidenta mexicana cobra más sentido porque justo ahora, se cierne sobre el mundo una amenaza real y el riesgo de una tercera guerra mundial con el escalamiento de la guerra entre Rusia y Ucrania que ya cumplió mil días y los ataques de Israel contra el pueblo palestino.

Como siempre, Estados Unidos es uno de los principales países que impulsan la guerra para sacar ventajas económicas, sin importar la destrucción humana. Hace unos días autorizó a Ucrania atacar objetivos en suelo ruso con misiles estadunidenses de mayor alcance, además de permitirle que utilice minas antipersonales de fabricación norteamericana para ayudar a frenar el avance de Rusia en el campo de batalla.

Podría decirse que Sheinbaum hizo que México diera un pequeño salto en el protagonismo internacional resaltando un liderazgo iniciado en el gobierno de López Obrador, sobre la defensa de la soberanía de las naciones.

A diferencia de los gobiernos anteriores la de la llamada Cuarta Transformación, el actual no se rinde a ciegas a los pies de las potencias como Estados Unidos, sino que busca respeto hasta donde sea posible.

La política exterior del país es ahora más fuerte y como una línea muy clara de lo que busca, por lo que México ha ido ganando liderazgo a nivel internacional.

El éxito de sus programas sociales que han logrado sacar de la pobreza a más de nueve millones de mexicanos, le dan también autoridad moral para presumir los beneficios populares en esta nueva etapa de la vida nacional.

En el ámbito local, han comenzado las movilizaciones en contra de la alcaldesa de San Cristóbal, Fabiola Ricci Diestel, quien actúa con desdén para atender los reclamos de algunos grupos. El martes pasado marcharon más de dos mil integrantes de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac), cuyo reclamo principal tiene que ver con demandas municipales, pero por estrategia colocaron como prioridad un conflicto agrario en la comunidad Flores Magón, municipio de Teopisca.

Quienes saben afirman que por cuestiones políticas la alcaldesa ha tratado de evadir las exigencias de miembros de esa agrupación, ya que uno de sus principales dirigentes participó como candidato a regidor en la planilla de otro proyecto político.

En un intento por mostrar fuerza y presionarla para que los atienda, los dirigentes de la Cioac convocaron a sus bases de varios municipios de los Altos, y efectivamente, lograron mostrar fuerza, ya que movilizaron a más de dos mil personas.

Después de marchar desde la entrada oriente de San Cristóbal, los manifestantes se apostaron frente la Unidad Administrativa, junto a la cual se sitúa la presidencia municipal para presionar a las autoridades.

Los líderes fingieron estar esperando respuesta de las autoridades estatales sobre una reunión ya agendada para este jueves, pero en el fondo estaban esperando respuesta de Ricci Diestel para que los atienda cuanto antes.

Si la alcaldesa tuviera voluntad política para atender las demandas de estos grupos, no hubieran llegado al extremo de marchar y permanecer plantados gran parte del día perdiendo de trabajar. Bien se pudo desactivar la manifestación y evitarle muchos problemas a la población en general, pues además de los inconvenientes ocasionados durante la caminata y el plantón, algunas dependencias suspendieron labores por temor a que tomaran el edificio.

Ojalá que en este tipo de casos, la presidenta se olvide ya de Polo Morales y de Pancho Martínez y atienda a los grupos que tienen demandas diversas. Fin