Vandalismos políticos
Lo obvio no se oculta
Debemos analizar un nuevo modelo para la conducción del Estado: el vandalismo político, liberado de todo rasgo de humanismo y de justicia social. Lo tenemos a la vista cuando el Legislativo, por ejemplo, en su mayor parte se arroga la facultad de ponerle candados a la soberanía popular mediante métodos heterodoxos con miras a crear una inmensa confusión. ¿De dónde salen los radicales y anarquistas –nombrados así sin conocer la esencia de este movimiento revolucionario-, si nadie se atribuye, ningún partido o grupo mucho menos los que integran los otros dos poderes de la Unión, las acciones deplorables que siembran el caos urbano al final de las manifestaciones “pacíficas” de protesta? Cuando menos, ahora, las marchas parecen ser tranquilas pero, por desgracia, los infiltrados las despedazan como ocurrió con el ataque al Campo Militar Número Uno por parte de los siempre inconformes normalistas de Ayotzinapa quienes, acaso, desearían ver tras las rejas a todos quienes integran los mandos castrenses -será por las castraciones-.
Tenemos, para contrarrestar las falacias, la posibilidad de analizar algunas de las posturas de los jefes policíacos o castrenses que, de plano, parecen llevar adelante una suerte de guerra fría contra la gran comunidad nacional. Esto es, considerando que la libre manifestación de las ideas tiende a golpear el “prestigio” de las instituciones cuando es evidente que estas, hasta el momento, no han sido útiles para detener el flujo de una justa, explicable, crispación general consecuencia, precisamente, de la torpeza en el accionar de los mandos y la continuidad de los actos de barbarie que tienen atemorizados a los mexicanos y, de paso, sorprendidos a los extranjeros que insisten en cuestionar cómo pueden darse escenas tan dantescas como la narrada en el caso de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa por el exprocurador, Jesús Murillo Karam, y continuada por su sucesora, la mediática Aracely Gómez, a quien reemplazó, a su vez, Raúl Cervantes Andrade, con estudiadas poses de dolientes hastiados, para rematar con Alejandro Gertz Manero, acusado de robarse tres millones de dólares a la familia de su hermano asesinado y enfermo en liquidación hoy. Ya es hora de llevarlos a juicio y sin demora, señora presidenta espuria Sheinbaum.
Uno de ellos llegó a la ignominia luego de las marchas citadinas del primero de diciembre de 2015, Marco Tulio López Escamilla, coordinador regional de la zona centro de la Policía Federal, arguyó que los visitadores y miembros de las Comisiones de Derechos Humanos “protegieron” a los radicales formando un cordón humano para rescatarlos de la represión luego de algunos actos de pillaje perfectamente orquestados, esto es con idéntica mecánica a los suscitados el primero de diciembre de 2012, con motivo de la asunción presidencial de Peña Nieto, cuando la exaltación de la izquierda creó el ámbito perfecto para que los bien adiestrados vándalos hicieran de las suyas para atribuirle los costos a quienes se negaban a aceptar los resultados comiciales por cuanto contaban con pruebas de distribuciones ilegales de monederos electrónicos y vales de despensas; cuando menos, las empresas que entraron al juego, Monex y Soriana, han sido señaladas por su ignominia, una y otra vez, pero no fuertemente castigadas por el mercado y la clientela que no aplica las sanciones sociales.
Sin embargo, hay testimonios fotográficos y fílmicos; en gran medida, las redes sociales están desplazando a los informativos y convirtiéndose en un dolor inmenso de cabeza para quienes pretenden ocultarse detrás de bambalinas, difundiendo imágenes que no dejan lugar a dudas aun cuando los descubiertos buscan salidas burdas para evadirse de los señalamientos como la cuestión de las fechas, esto es si las imágenes corresponden a los hechos atribuidos a los agentes policiacos y mal vestidos como civiles. Porque, para desgracia nuestra, la barbarie ha ido escalando los monumentos históricos y además con periodicidad.
No cuentan, claro, que los testimonios directos y oculares de quienes recogieron las escenas en la marcha de las mujeres y de los transeúntes y curiosos que los vieron, sorprendidos, mientras pasaban por el Paseo de la Reforma y la Avenida Juárez en la CDMX.
Más pesará ahora la Ley de Seguridad Interior; o pasará de noche como la antigua gendarmería y la supuesta investigación a la DEA norteamericana luego de la aprehensión del general Salvador Cienfuegos, a quien dejaron libre para retornar a México en donde poco faltó para hacerle un homenaje al criminal. Los abrazos no faltaron.
Por las Alcobas
Esto es, pese a la reiterada negativa en reconocerlo –igual sucedió al descubrirse la masacre de Tlatlaya perpetrada por una soldadesca incontrolable-, lo obvio no puede ocultarse; y es claro que, como en 1971, los grupos de supuestos radicales, infiltrados a las manifestaciones, provienen de campos de entrenamiento oficiales en donde se adiestra a los escogidos entre las tropas y los destacamentos para provocar el caos y culpar por ello a quienes exigen manifestarse “sin violencia”.
Por eso las palabras del réprobo, indigno sujeto que coordinaba la zona central para la Policía Federal, confirman lo expresado líneas arribas: se atreve a juzgar, con prepotencia inaudita, a los visitadores de las Comisiones de Derechos Humanos en tiempos anteriores al arribo de la morenista Rosario Piedra, sin temblarle la mano, y señala a los reporteros en forma amenazante porque evitaron la represión violenta de muchachos y adultos, al estilo de las anteriores sobre todo la del 20 de noviembre de 2017, suponiendo que tales eran los narcos listos a destrozar ventanas y apedrear restaurantes y hoteles a su paso, al final de la columna de miembros de la sociedad a los que, claro, pretende atemorizarse para que no salgan de sus casas! Una posición fascista que ya tiene apellidos: Peña y López. ¿Y todavía no se atreven a iniciar proceso contra sus huestes siquiera? Y los agravios siguen sumándose, diría con mayor impunidad y agresividad, al paso de los meses.
¡No hace falta consulta sino fortaleza y energía en el preámbulo del quinto aniversario presidencial! Pero a López Obrador le tiembla la mano cada que escucha el apellido Biden o el de Kamala Harris, mientras se suman más muertos por la insalubridad y la ausencia de medicamentos... por algo será.
loretdemola.rafael@yahoo.com