A favor del bienestar de los animales

La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, anunció en su primer día de gobierno que priorizaría la aprobación a las reformas en materia de protección y cuidado animal, como uno de los 100 principales compromisos de su administración. La doctora una vez más cumplió.

La reforma constitucional que fue aprobada por el Senado de la República en su calidad de Cámara Revisora y remitida a la Legislatura de las entidades federativas es la de mayor trascendencia; constituye la base para establecer una política de Estado que abordará la problemática de forma integral y unificada, impulsando una cultura de respeto hacia los animales de compañía, de consumo y silvestres, lo que confirma la vocación humanista de la Cuarta Transformación.

El texto prohíbe el maltrato a los animales, mandatando en la Constitución que el Estado mexicano debe garantizar la protección, el trato adecuado, la conservación y el cuidado de los animales, en los términos que señalen las leyes respectivas.

Además, faculta al Congreso de la Unión para expedir leyes en materia de protección y bienestar de los animales, estableciendo la concurrencia de los gobiernos federal, de las entidades federativas, municipios y alcaldías, en el ámbito de sus respectivas competencias.

Destaca, que promueve la cultura de la protección de los animales, incorporando el tema en los planes y programas de estudio de niveles inicial, básico, medio superior y escuelas normales.

Por su parte, las disposiciones transitorias, establecen que el Congreso de la Unión contará con un plazo de 180 días naturales para expedir la Ley General en la materia, considerando la naturaleza de los animales, características y vínculos con las personas; la prohibición del maltrato en la crianza, el aprovechamiento y sacrificio para consumo humano, y en la utilización de ejemplares de vida silvestre en espectáculos con fines de lucro; así como las medidas necesarias para atender el control de plagas y riesgos sanitarios.

En México, de acuerdo con las estadísticas oficiales, casi 80 millones de mascotas viven en 69.8 % de hogares. Desafortunadamente el país ocupa el tercer lugar a nivel mundial en maltrato animal y el primer lugar en Latinoamérica; millones de gatos y perros son abandonados, maltratados en las calles y en las perreras; los animales de carga son abusados hasta la muerte; en los rastros la crueldad y el sufrimiento son la constante, mientras que la caza ilegal depreda y somete al cautiverio a diversas especies silvestres. En conjunto la historia y la vida de los animales es de horror, miedo, sufrimiento, dolor y muerte indigna.

Ha sido sobradamente demostrado que, el maltrato hacia los animales por sus implicaciones éticas, sociales y psicológicas está correlacionado con comportamientos violentos hacia los seres humanos. El maltrato no solo afecta al animal, sino a toda la sociedad, en tanto detonante de la violencia social.

Se tenía una deuda histórica con estos seres sintientes, que se está saldando cuanto antes por justicia y porque está en juego el buen vivir de las generaciones venideras. Quien es cruel con los animales, también lo será con otro ser humano.