“Presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos. Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco”.
La diplomacia mexicana se impuso ante el bully mundial. La presidenta Claudia Sheinbaum dio una lección de dignidad al presunto delincuente que la mayoría de los estadounidenses eligieron presidente. Las amenazas de Trump de subir los aranceles con México en un 25 % no van a funcionar, el consumo de drogas y la migración no se van a resolver así. El presidente Trump tiene mucho por hacer y debería de empezar por quitarse el traje de candidato y gobernar con seriedad.
La segunda administración de Trump inicia tan rimbombante como la pasada, con amenazas por doquier y siendo el bully que nunca dejó de ser. Los tiempos de decir lo que sea para ganar votantes, desde decir que los migrantes se comen a las mascotas, hasta que subirá los aranceles en un 25 %, ya no deberían ser parte de sus discursos.
El peligro de este personaje que trae encima procesos judiciales, uno por una presunta violación, por evadir impuestos e incluso por azuzar a sus seguidores e intentar un golpe de Estado al presidente Biden, es real, sin embargo, la vacuna ante estos perfiles es la dignidad, algo con lo que estos personajes no saben librar porque no la conocen.
Y ese fue el ingrediente principal de la carta que esta semana la presidenta Sheinbaum Pardo presentó en la conferencia mañanera y que dirigió a Trump. En una misiva que pone a la par la dignidad con la razón, la mandataria mexicana tocó los problemas que su par estadounidense confunde, como la gimnasia con la magnesia.
Primero lo alecciona sobre la migración; en este fenómeno, se le explica a Trump que desde diciembre del año pasado la migración que entra por la frontera estadounidense se ha reducido en un 75 % y la mitad de los extranjeros llega con la cita de las autoridades estadounidenses. Y le recuerda que este fenómeno mundial se soluciona atendiendo las causas, pues en la gran mayoría de los casos, la migración hacia Estados Unidos tiene como causa principal huir de la pobreza en sus países se origen, por lo que la recomendación es dirigir un porcentaje de lo que se destina a guerras para atender las necesidades de los países pobres.
En lo relativo al consumo de drogas, le recordó que el 70 % de las armas ilegales incautadas a delincuentes en México proviene de allá, y que las armas no se producen en México, y lo más importante que olvida convenientemente el mandatario estadounidense, las drogas sintéticas no se consumen en nuestro país, y más, el fentalino es un problema de consumo y salud pública allá, no aquí, aun así, en lo que va del año, las Fuerzas Armadas mexicanas y las Fiscalías han incautado toneladas de diferentes tipos de drogas, 10 mil 340 armas y detenido a 15 mil personas por violencia relacionada con el tráfico de drogas.
La interconexión del mundo en esta era hace imposible que los problemas sean resueltos solo con la participación de un Estado; la coordinación regional es la única alternativa para problemáticas de la que solo Trump culpa a México.
Como país soberano que somos, se vuelve completamente relevante poder expresar esa soberanía y determinación que mostró la presidenta Sheinbaum Pardo ante personajes en los que su “diplomacia” es la amenaza por la amenaza.