El tema de los planes y programas de estudio y los libros de texto han sido objeto de conversación nacional. Parte de la crítica que se hace a la Nueva Escuela Mexicana (NEM) tiene que ver con dos grandes líneas de argumentación, bastante confusas: la ideológica y la pedagógica.
Debido a que ni la misma SEP las ha podido explicar y a que las críticas han sido muy diversas, en este texto se busca aclarar lo que, está en el centro de la narrativa ideológica-pedagógica de la 4T (término eufemístico acuñado por AMLO).
Para entender esta narrativa, hay que tomar en cuenta que con la educación se persiguen dos grandes propósitos: 1) transmitir la cultura de una nación y formar a los futuros ciudadanos y 2) enseñarles a niños y jóvenes una manera de entender al país y al mundo, concientizarlos de los problemas que los aquejan y visualizar sus posibles soluciones. El primer propósito se fundamenta en los principios pedagógicos y el segundo en los ideológicos.
Hay que decir que la NEM tiene una visión del mundo muy distinta a la de los anteriores gobiernos, por ello enfatiza mucho la parte ideológica (hacia dónde apunta la educación) y menos la parte pedagógica (la manera de lograrlo). La 4T parte de las siguientes premisas ideológicas, adoptadas de las Epistemologías del Sur (De Souza Santos) y de otros pensadores críticos (ej., Marx, Lenin y Foucault).
Para la SEP todo lo realizado en el pasado en materia educativa ha tenido el sello neoliberal, que ha dañado mucho al país y que es imperativo cambiar.
Por ello el planteamiento pedagógico de la NEM cambia, entre otros, los siguientes aspectos: la enseñanza centrada en el estudiante (individualismo) por la del grupo (comunitarismo), el salón de clases (ajeno a la comunidad), por el espacio social externo a la escuela (cercano a los problemas sociales), 3) las asignaturas, como las matemáticas (modelo reduccionista), por campos temáticos que integran distintos saberes (multidisciplina).
El planteamiento pedagógico cuatroteísta es congruente con su ideología, pero desgraciadamente no se basa en evidencias científicas, como las Ciencias Cognitivas, la Psicología del aprendizaje ni las Neurociencias. Tampoco se basa en prácticas exitosas de otros países. Se trata más bien de un planteamiento ecléctico, ocurrente e improvisado en el que lo ideológico se impone a lo pedagógico.