Conocer zonas de riesgo y tipos de construcción, así como implementar proyectos de prevención en viviendas y centros de trabajo, son factores para evitar que un fenómeno natural sea desastre social, señaló el director general del Cenapred, Carlos Valdés González.
“En México hay muchas construcciones antiguas con columnas muy delgadas para el peso que soportan, y otras que en vez de columnas utilizan doble ladrillo”, alertó el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Explicó que como ciudadanos debemos observar cómo están construidas nuestras casas, departamentos, oficinas y escuelas, y en todos los lugares que se visitan saber en dónde están las salidas de emergencia, que no siempre se ubican a la vista.
“Debemos saber si la zona en la que estamos es de más riesgo (en general es más peligroso el centro de la ciudad, pues hay más sedimentos blandos del antiguo lago donde se fundó la urbe), el año de construcción de nuestra vivienda y conocer los planos y materiales de la misma”, recomendó el especialista.
En el Auditorio B de la Facultad de Química (FQ), en donde impartió la conferencia: “Los sismos en México y las construcciones sismorresistentes: ¿Qué hacer?”, Valdés González destacó que entre los factores que hay que observar están las columnas gruesas que sostengan el edificio.
En caso de que sean endebles por dentro, las viviendas se pueden reforzar por fuera (como varios edificios tras el sismo de 1985) con un sistema de contraventeo, elemento estructural (muchas veces en forma de X) que hace rígida la estructura, distribuye los esfuerzos producidos por los diferentes tipos de carga y los transmite a la cimentación.