Microbios, herramientas contra cambio climático

Gobernaban el planeta hace cuatro mil millones de años y hoy pueden convertirse en la clave para su supervivencia. Bacterias, algas, levaduras, hongos, arqueas, protozoarios y virus se arremolinan en diferentes clasificaciones en términos de variedad estructural y funcional, pero que al final se cobijan bajo un mismo concepto: el de los microbios, un mundo invisible a simple vista, pero con la fortaleza para sustentar la vida a su manera.

Recientemente, un grupo de científicos de distintas partes del mundo publicó simultáneamente 14 artículos en revistas especializadas, como una demanda común sobre la importancia de fortalecer investigaciones basadas en tecnologías que involucren a los microbios en prometedoras estrategias de mitigación del cambio climático.

Para los especialistas, el estudio, consolidación y desarrollo de herramientas basadas en la acción de los microorganismos puede ser una de las claves para luchar contra los efectos del cambio climático, que sin lugar a dudas, se está agravando. Un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma que el deterioro de la situación se evidencia con una cifra: más de tres mil 300 millones de las personas en el mundo son altamente vulnerables.

Peligros evidentes

Los actuales patrones de desarrollo insostenibles están aumentando la exposición de los ecosistemas. Los eventos climáticos extremos que provocan desastres naturales, como las recientes inundaciones en Valencia, son solo un ejemplo de estas peligrosas transiciones.

El 29 de octubre de 2024 cayeron más de 300 milímetros de lluvia en partes de la referida provincia española, según informó la Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet). De acuerdo a informes de la NASA, el recuento fue de casi 500 milímetros de precipitaciones en ocho horas en las partes más afectadas. Al final el saldo mortal de las inundaciones fue de más de dos centenas de personas en una región que jamás había vivido un fenómeno similar.

Según expertos de la Organización Mundial Meteorológica (OMM), los fenómenos meteorológicos extremos que provocan inundaciones y sequías de gran impacto son cada vez más probables y graves debido al cambio climático antropogénico. Y así lo confirman los sucesos repetidos.

Los especialistas de dicha organización señalan que el fenómeno que afectó a España —conocido como DANA, en español— suele producirse durante la estación otoñal porque el calor superficial que queda del verano se encuentra con una repentina invasión fría en el aire procedente de las regiones polares. “La presencia de aire cálido cerca de la superficie alimentado por el exceso de humedad del mar Mediterráneo, aún caliente, y la inestabilidad generada por el conflicto con el aire frío de la atmósfera superior dan lugar a grandes nubes convectivas con fuertes aguaceros y repentinas inundaciones repentinas”, explica Omar Baddour, jefe de Vigilancia del Clima de la OMM.

Se prevé que el cambio climático haga que estos sistemas sean más intensos debido al calentamiento del mar, cuerpos hídricos en general y al aumento de la humedad en la atmósfera.

En el texto “Microbios y cambio climático: una perspectiva de investigación para el futuro”, autores como James M. Tiedje, director del Centro de Ecología Microbiana de la Universidad Estatal de Michigan, señalan que entre los complejos fenómenos del cambio climático se encuentran los efectos en cascada que pueden ser difíciles de gestionar o incluso de predecir.

Por ejemplo, una tormenta severa causada por condiciones meteorológicas más extremas puede causar un desbordamiento de las aguas residuales que dispersa y mezcla patógenos y resistencias problemáticas a los antibióticos en las vías fluviales, lo que puede ampliar enormemente el área de distribución de los microbios patógenos. Esto puede dar lugar a que patógenos resistentes a múltiples fármacos lleguen al agua potable, al riego de cultivos alimentarios o a las playas aptas para el baño. Su estudio más puntual, puede ser una forma de mitigar sus daños a largo plazo.

Un mundo por explorar

Como parte de esta propuesta de ampliar los estudios de microbiología para luchar mejor contra el cambio climático, se postula que en el Antropoceno, la era que vivimos actualmente (aunque no reconocida formalmente), el cambio climático está afectando a la mayor parte de la vida en la Tierra. Para entender cómo los seres humanos y otras formas de vida en nuestro planeta pueden soportar el cambio climático antropogénico, es vital incorporar el conocimiento de la “mayoría invisible” microbiana.

En el artículo “Es necesario implementar soluciones microbianas contra la catástrofe climática” (Raquel Peixoto), publicado hace un par de semanas en la revista Nature, se subraya que los microbios impulsan los ciclos biogeoquímicos de nuestro planeta, pues son responsables de la emisión, captura y transformación de gases de efecto invernadero y controlan el destino, por ejemplo, del carbono en los ecosistemas terrestres y acuáticos.

El secuestro de carbono, mediante la mejora microbiana en suelos y océanos, puede reducir el CO2 atmosférico y mejorar la productividad del suelo; mientras que el uso de bacterias metanotróficas para oxidar el metano en menos compuestos nocivos puede promover su eliminación en la atmósfera y mitigar un potente gas de efecto invernadero. El proceso de oxidación de metano se puede realizar en vertederos, gestión de ganado, masas de agua dulce contaminadas y humedales.