Niños de Gaza, una generación perdida
La tasa y la escala de violencia a la que se enfrentan los niños en Gaza no tienen parangón. Cortesía

Al menos nueve personas murieron, seis de ellas niños y dos mujeres, durante un ataque nocturno realizado el 19 de abril por aeronaves militares de Israel que tuvo como objetivo un edificio ubicado en el barrio de Tal Al Sultan, al oeste de la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza.

Un día después, otro ataque contra dos viviendas en la zona de Al Tanour, en el este de Rafah, causó la muerte de 20 palestinos, todos niños y mujeres, 15 y cinco respectivamente. Ese mismo 20 de abril, un ataque contra el campamento de As Shabora, localizado en la misma entidad, causó cuatro muertos, entre ellos una niña y una mujer embarazada.

“Las últimas imágenes, la de un niño prematuro sacado del vientre de su madre moribunda y de las dos casas colindantes donde fueron asesinados 15 niños y cinco mujeres, van más allá de la guerra”, denunció el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.

El maestro en Derecho por la Universidad de Linz, Austria, había advertido que una incursión a gran escala en Rafah, una zona en donde 1.2 millones de civiles han sido acorralados por la campaña bélica israelí, resultaría en más crímenes atroces. Türk ve principalmente un aumento de las muertes de niños y mujeres por la serie de ataques ejecutados durante abril, el mes dedicado a la infancia. “Cada 10 minutos muere o resulta herido un niño. Están protegidos por las leyes de la guerra y, sin embargo, son los que están pagando desproporcionadamente el precio más alto en esta guerra”, afirmó.

Ataque terrorista

El premier de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió “aplastar y destruir a Hamas” en respuesta al ataque terrorista del 7 de octubre en el que murieron mil 200 personas y más de 200 fueron llevadas como rehenes. Como resultado, Israel ha invadido y bombardeado la Franja de Gaza, provocando una tragedia humanitaria sin precedentes, con un saldo particularmente devastador para la infancia.

“Los últimos días han sido notablemente mortíferos en un contexto ya caracterizado por el aumento de la muerte y la destrucción. La tasa y la escala de violencia a la que se enfrentan los niños en Gaza no tienen parangón. Ningún lugar es seguro para los niños”, sostiene Xavier Joubert, director regional de la organización Save the Children.

Los niños representan 43 % de las muertes por la guerra de Israel contra Hamas en Gaza; es decir, las madres palestinas han tenido que enterrar a 14 mil 685 hijos y compartir el sufrimiento de 12 mil 104 hijos heridos.

Pero los niños no solo están muriendo por los misiles israelíes: muchos están quedando huérfanos, desamparados y expuestos a condiciones inhumanas por la alarmante falta de alimentos, agua, medicinas y servicios de nutrición. “Antes de esta crisis, había alimento suficiente en Gaza para alimentar a la población. La malnutrición era algo raro. Ahora, la gente está muriendo y muchos más están enfermos. Se espera que más de un millón de personas enfrenten una hambruna catastrófica a menos que se permita la entrada en Gaza de una mayor cantidad de alimentos”, alertó el pasado 18 de marzo el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom.

Emergencia alimentaria

De acuerdo con la Global Nutrition Cluster, el equipo técnico ubicado dentro de Unicef en Ginebra especializado en estrategias nutricionales para gestionar emergencias alimentarias, la situación actual está comprometiendo el bienestar de toda una generación futura. Afirma que el crecimiento general de los niños se está ralentizando por la desnutrición, el bajo consumo de alimentos ricos en nutrientes, la propagación de infecciones y la falta de servicios de higiene y saneamiento.

Por ejemplo, antes de las hostilidades, 0.8 % de niños menores de cinco años sufría desnutrición grave. En marzo, en las demarcaciones del norte, la cifra estaba entre 12.4 y 16.5 %. Se estima que 90 % de los niños de menos de dos años y 95 % de las mujeres embarazadas enfrentan pobreza alimentaria extrema. Alrededor de 64 % de los hogares estarían comiendo solo un alimento al día.