En los últimos 20 años, la NASA se encargó de capturar la evolución de los bosques tropicales que se extienden a lo largo de la Selva Maya, expansión que ha reducido drásticamente por diferentes factores antropocentristas, como lo es la ganadería, la tala de árboles y actividades ilegales; el cambio ha sido documentado a través de imágenes satelitales que han causado sorpresa, debido a la escasa cobertura forestal que cubre a la zona en la actualidad.
Las imágenes muestran un cambio radical en los paisajes que comprenden a la Selva Maya, la cual se despliega a lo largo del sur de México, colindando con Chiapas, Quintana Roo, Campeche y parte del territorio de Tabasco, también es parte de Belice y el norte de Guatemala.
De acuerdo con datos oficiales, la extensión de la Selva Maya abarca alrededor de 150 mil kilómetros, equivalentes al tamaño de Illinois, ubicada en el medio oeste de Estados Unidos.
Sin embargo, pareciera que su extensión se reduce cada vez más; así lo confirmaron las imágenes obtenidas a través del programa Landsat y gracias al Espectrorradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (Modis), herramienta que capturó el cambio que ha atravesado la zona en las dos últimas décadas.
Y, si bien, toda la zona ha resultado afectada (contando las áreas protegidas), los efectos más agudos han tenido lugar en Guatemala, en la ciudad de Petén.
Con la ayuda de investigadores de la Universidad de Maryland, la NASA descubrió que, del 2001 al 2023, la zona perdió alrededor de 23 por ciento de su cobertura forestal.
En su investigación, los autores explican que las causas oficiales estarían relacionadas con la expansión de la ganadería, actividad que se ha expandido considerablemente en tierras guatemaltecas en las últimas décadas.
Otro factor importante tiene que ver con que, a pesar de que no se ha dejado de plantar en el territorio, se han cultivado otro tipo de plantas, como es el caso de las palmas aceiteras, ya que de ellas se produce el líquido, uno de los productos de mayor comercialización en el mundo.
Los expertos señalan que, a lo largo de los años han aumentado las actividades ilícitas, relacionadas con la búsqueda insaciable de madera y de minería, lo que también alentado a la deforestación e impactado de manera crítica a la zona.