La unidad está en la colonia Santa María La Ribera. A bordo va “San Judas Tadeo”, el santo de los imposibles. Pero el que conduce el auto es un flagrante infractor del Reglamento de Tránsito Municipal en Tuxtla Gutiérrez.
El auto es blanco, símbolo de pureza y candor. Sin embargo, el conductor es alguien que con premeditación y adrede viola la ley.
La unidad marca Chevrolet tipo Tornado, luce estacionada sobre la avenida Tuxtla, entre Tabasco y Veracruz de la colonia Santa María La Ribera, al Sur Oriente de la capital chiapaneca.
El automovilista dejó su unidad un momento para entrar a una tienda.
En la góndola de la unidad llama la atención un San Judas Tadeo enorme, como de dos metros de alto. Va amarrado a la cabina del auto.
Al parecer el conductor de este vehículo vende o repara imágenes católicas. Pero dista mucho de ser un “santo” como el que pasea.
Le falta la placa trasera. También la delantera. No porta ni siquiera un permiso provisional para circular. Violación flagrante al Reglamento de Tránsito Municipal vigente en la capital chiapaneca.
Es bien sabido que San Judas Tadeo es considerado el “santo de los imposibles”. Se dice que una oración a este santo produce milagros.
Compartirlo con otros, se dice, trae dinero, salud y trabajo.
Pero este automovilista encontró una nueva modalidad. No le ora, ni lo comparte: Lo pasea. Y vaya que le hace el milagro. Los agentes de Tránsito Municipal no lo molestan, no lo detienen, tampoco lo infraccionan.
El santo le hizo el milagro de hacerse invisible. Se cubrió con el manto de impunidad.