En un mundo cada vez más impulsado por la innovación y la digitalización, la capacidad de comprender y utilizar la tecnología se ha convertido en una habilidad fundamental. Desde el aprendizaje en línea hasta la programación de robots; el dominio de la tecnología no solo es relevante para el futuro laboral de los niños, sino también para su participación activa en la sociedad del siglo XXI.

La tecnología está presente en todas partes: en nuestras casas, escuelas y lugares de trabajo, ya sea en la comunicación, el entretenimiento o la resolución de problemas, su impacto es innegable. Aprender tecnología no se trata solo de usar dispositivos electrónicos; se trata de desarrollar habilidades críticas como el pensamiento computacional, la resolución de problemas y, sobre todo, desarrollar la creatividad. Por lo tanto, capacitar a los niños desde una edad temprana para comprender cómo funciona y cómo pueden utilizarla de manera efectiva es fundamental para prepararlos para el futuro.

El uso de herramientas tecnológicas estimula el desarrollo del pensamiento computacional, que implica la capacidad de abordar problemas de manera lógica y sistemática. Al aprender a programar o utilizar aplicaciones interactivas, los niños ejercitan su capacidad para descomponer problemas complejos en pasos más simples y desarrollan habilidades de resolución de problemas.

Además, la tecnología fomenta la creatividad al ofrecer a los niños la oportunidad de crear contenido digital, ya sea a través de la edición de fotos y videos, el diseño de juegos o la creación de música, entre muchas otras cosas. Esta exploración creativa no solo es divertida, sino que también estimula el pensamiento divergente y la expresión personal. A su vez, la tecnología puede ser un gran ecualizador debido a que proporciona acceso a información, recursos educativos y oportunidades de aprendizaje que pueden no estar disponibles de otra manera.

Es crucial que el aprendizaje de la tecnología se realice de manera inclusiva y equitativa. No todos los niños tienen acceso igualitario a recursos tecnológicos, ya sea debido a limitaciones económicas o a la falta de infraestructura adecuada. Los resultados de la Endutih (Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares) del Inegi, muestran que en las regiones rurales de México apenas el 60 % de la población de seis años o más utiliza internet versus las regiones urbanas. Esto muestra que aún hay mucho por hacer.

Para que los niños de ahora se puedan integrar a la sociedad del futuro, es responsabilidad de gobiernos, empresas privadas y organizaciones sin fines de lucro garantizar que todas las infancias, independientemente de su origen o circunstancias, tengan la oportunidad de aprender y beneficiarse de la tecnología. Esto se puede lograr con iniciativas distintas; por ejemplo, mediante el desarrollo de programas de capacitación en habilidades digitales tanto para estudiantes como para educadores. Este tipo de programas tienen, desde la actualidad, el objetivo cerrar la brecha existente en competencias tecnológicas y contribuir a que todos estén preparados para utilizar la tecnología de manera efectiva en el proceso educativo, como lo hace NTT DATA Foundation.

Fomentar colaboraciones entre el sector público y el sector privado para proporcionar herramientas para empoderar al futuro con donaciones de dispositivos tecnológicos, acceso a internet y programas de capacitación en comunidades desatendidas, entre otros, también es una forma de ampliar el alcance de los esfuerzos para reducir la brecha digital.

Es imperativo que la sociedad se asegure de que todos los niños, sin importar su procedencia o situación, tengan la posibilidad de aprender y aprovechar la tecnología para que puedan acceder en el futuro a mejores oportunidades académicas y laborales.